Prof. Kressmer

POR: Luis Fernando Revelo

Este articulista apenas frisaba 10 años, cuando solía escuchar que en el Teodoro Gómez de la Torre, había un maestro que hipnotizaba a los alumnos. Estas noticias se propagaban también por el barrio del Camal. Un gran espectáculo se vivió en el recordado teatro “Avenida”, que luego fue el teatro “Popular”, donde afluían los ibarreños. Qué tiempos aquellos cuando las abuelas narraban cuentos de aparecidos, de los muertos que recogían los pasos, de los descabezados que rondaban los conventos, de la viudas que aparecían pasadas las 21:00 y tantas situaciones que Don Alfonso Martínez de la Vega las publicó en su libro Tradiciones ibarreñas.

Aquel famoso hipnotizador era el Prof. Kressmer, el Dr. Luis Andrade Galindo. Hablar de Luis Andrade Galindo es hablar del ciudadano de altas virtudes públicas y privadas que señorean majestuosamente aureoladas por el prestigio del respeto unánime. Es hablar del apóstol de la justicia, del atildado jurista, del diáfano y brillante expositor de la ciencia procesal. Es hablar del entusiasta militante de la Literatura, hasta en los días de la cruel enfermedad. Posee los atributos esenciales del consagrado orador y literato y se exorna con los del bardo que practica el bello ejercicio del verso inspirado. Sus obras que recogen lo “sensible del terruño” han consolidado el renombre de su ágil y castiza pluma. A estos claros timbres de varón integérrimo, se aduna una faceta, quizá desconocida por las actuales generaciones: en los aurorales años de su adolescencia y de su juventud, descolló en el campo de la Parapsicología.

Esa faceta que estudia los fenómenos paranormales, narrados con enorme gracejo y testimonios en su nueva entrega “El hombre un ser maravilloso y único”, vale la pena ser leída y comentada.