La amistad, principios y valores

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

Es un hecho que los políticos no tienen amigos ni enemigos permanentes. Los intereses son lo único que cuenta para ellos, para las empresas y para los países. Lo que además es algo normal y natural. Pero las personas naturales comunes y corrientes, como ud. y yo, amigo lector, clasificamos a los seres que nos rodean, en por lo menos tres categorías. La gran parte son “los conocidos”; los que juegan un papel determinante en nuestras actividades, como son los empleados, los compañeros y los jefes; “la familia” (esposa e hijos) que juega un papel fundamental para que todo fluya para arriba o para abajo; y un minúsculo grupo de seres, con los que nace una sincera amistad, vieja o relativamente nueva, compuesta de gente donde se siente un mutuo aprecio y te hacen más llevadera la vida. A este grupo, se los cuenta con una mano, y te sobran dedos.

La escala de principios y valores, costumbres, afinidad en gustos y temas, por lo general inmersos en una escala social, son requisitos para formar parte de ese grupo de personas, elegidas por uno. Esa especie de “ángeles”, son enviados por el Creador en momentos insospechados en la vida de cada ser humano. Son los que amainan las decepciones dejadas por falsos amigos y oscuros familiares, que dejan manchas en el alma de toda persona.

No obstante, si ejerces los valores y principios que en la familia te inculcaron y de los cuales te sientes orgulloso, en una sociedad corrupta como la nuestra, pasas a ser visto como un pendejo, o un “pelo en la sopa” por los intereses grupales de la gente que desgobierna nuestra patria. Si críticas constructivamente el quehacer político y económico del país y vas en contra de los saqueadores de siempre, menosprecian tu punto de vista. Los políticos están al servicio de qué o de quienes…. Por lo que cabe nos preguntemos, ¿qué calidad de sociedad estamos forjando? ¿No será de introducir ya en los textos escolares el regreso de los principios y valores perdidos? ¿Si adoctrinan erradamente a nuestros niños, y la deshonestidad es lo normal, seremos un mejor país? ¿Qué opina ud. amigo lector?

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