Chesterton en la Mitad del Mundo

Pablo Escandón Montenegro

Hoy cumple años Gilbert K. Chesterton, el padre de la abducción literaria, el maestro del relato inteligente, del cual fue heredero supremo el argentino Jorge Luis Borges.

A este inglés converso al catolicismo le debemos uno de los mejores y más bellos libros hagiográficos sobre San Francisco de Asís y una de las novelas más hilarantes sobre la política ‘El Napoleón de Notting Hill’, y su obra más conocida y difundida, ‘El hombre que fue jueves’, en donde trata sobre la anarquía de principios del siglo XX y hace lujo de juegos de ingenio.

Pero lo más fuerte y sólido de la obra extensa de este inglés es la saga del Padre Brown, un humilde sacerdote católico con sombrero muy parecido al yelmo de Mambrino de El Quijote y en lugar de lanza, llevaba un largo paraguas. Este cura tiene un eterno rival, Flambeau, a quien en algunos relatos recurre para que lo oriente en la solución de los misterios.

¿Qué tiene que ver este cumpleaños con nuestra realidad? En la Mitad del Mundo hay un grupo de cultores de la obra de Chesterton, que se reúnen cada año para recordar las historias más insignes del padre Brown, o bien para contarse los montajes de las historias del inglés en su vida cotidiana. Este grupo es muy parecido a los integrantes de las obras ‘El club de los incomprendidos’ y ‘El club de los negocios raros’. Cada uno de estos quiteños interpreta un personaje de estos clubes y narra la forma cómo la gente ha reaccionado ante sus acciones descritas por Chesterton.

Son un club de juego de roles, integrado únicamente por hombres, como el de ‘La vuelta al mundo en 80 días’. Cada año quieren montar en la realidad ‘El hombre que fue jueves’, pero siempre sale la misma broma: “Para acabar con el país están los políticos. Sigámonos divirtiendo, señores, que todos los presidentes son los Napoleones de Notting Hill”.

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