Cuando la tierra tiembla

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah”
Salmos 46:1-3


7.8, 5.9, 6.1, en la escala de Richter, nuestra tierra ha sido removida, nuestro país ha temblado y fruto de ello muchas áreas han sido destruidas. Gente ha muerto, negocios se han acabado, esperanzas se han esfumado. Qué nos queda? Dios! Ha sido espectacular la reacción de la ciudadanía, miles de galones de agua, mucha comida y toneladas ropa ha sido dado generosamente por ecuatorianos y ciudadanos de todas las provincias y aún de fuera del país.

Rescatistas ecuatorianos, peruanos, colombianos, venezolanos, bolivianos, mexicanos, cubanos, estadounidenses, españoles y de otras ciudadanías han venido, gracias a Dios por ellos!, pero… No podemos olvidar algo, además de la necesidad material existe la espiritual, y es que si no estamos fortalecidos en Dios aún con sustento y abrigo habrá tristeza y dolor.

Dios tiene la capacidad de ayudarnos adentro, en el alma, en el corazón! Quienes conocemos de Él debemos mostrar amor al dar de nuestras cosas, bienes y dinero a quienes lo necesitan, pero también, y yo diría sobre todo, debemos mostrarles a Dios, ese Dios que en los versículos antes mencionados es: El amparo y la fortaleza, el pronto auxilio! A usted que está angustiado y desesperado, sufrido y caído, permítame pedirle, rogarle lo siguiente: busque a Dios, acepte a Cristo como su Salvador, dependa en Él, nuestro gran Dios tiene la capacidad de confortar su alma y ayudarle en medio de su angustia y dolor. “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.» Salmo 18:1-2


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