Entrenar a un gato es más complicado que a un perro, pero se puede lograr que este felino llegue a entender órdenes y saber cuáles son sus límites dentro de casa. Para ello es necesario que el entrenamiento comience entre los dos y los tres meses de edad, cuando se haya destetado.
Lo primero que hay que hacer es estimular su sistema nervioso, para ayudarle a que sea más inteligente, indica Vanesa Lucio, veterinaria y experta en comportamiento animal.
La paciencia es fundamental a la hora de entrenarlo. Para obtener resultados satisfactorios y a un animal bien portado, se puede recurrir a premios cuando su comportamiento sea el adecuado o ignorarlo cuando suceda lo contrario.
La estimulación desde temprana edad hará que el felino tenga una mejor retentiva. Esto ayudará a que no destruya objetos o raspe sillones, muebles y desgarre cortinas. Inclusive, sirve para que pueda tener un orden en lo que se refiere a la defecación y a la orina. (CM)