Envases del futuro

VERÓNICA NARVAEZ

Es muy difícil decir que el plástico de un solo uso va camino a desaparecer, y es que su estructura química no se degrada, solo se fragmenta a mínimas partes y en periodos de cientos de años, como se da en el caso de las fundas, o miles de años como sucede con el plástico PET. Si dejamos de consumir plástico ahora, igualmente lidiaremos con sus residuos miles de años.

Pensamos que los impactos causados por plástico son ajenos a nuestro entorno, pero la realidad es otra y es dura de confrontarla. Hace unos días en un recorrido en campo por la vía Quevedo llegué al río Pove, previo a su unión con el río Verde donde conforma el río Chigüilpe, fue sorpresivo mirar la basura represada en ciertos lugares, me recordaba las escenas que todos hemos visto, imágenes y videos de ríos llenos de basura, se mezclaban tejidos, platos plásticos, cubiertos, envases de plástico de todos los tamaños y tanto en las orillas como en la densidad de la basura se identificaban fundas enredadas con palos y demás, de no darse este represamiento la basura continúa su paso hasta llegar al mar.

La reducción y eliminación del plástico es la solución, pero debemos contar con alternativas y es motivante que existe investigación que proponen opciones bioegradables, envases que proviene de fuente orgánica, algas, biopolímeros, envases comestibles, de hojas de plátano, de yuca, de hoja de palma, de caña de azúcar, es decir, provienen de celulosa. La necesidad está creada, la demanda existe, con lo emprendedores que somos los santodomingueños podemos desarrollar pequeñas y grandes industrias que provean a Ecuador y el mundo de envases ecológicos. Esta línea de proyectos muestra una tendencia sostenible del futuro.

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