La fórmula Fernández -Fernández

Jaime Durán Barba*

El tema de la vicepresidencia siempre fue complejo. En los países presidencialistas no es posible la bicefalía. Los mexicanos simplemente eliminaron el cargo cuando las disputas culminaron con el asesinato del presidente Francisco Madero y de su vicepresidente Pino Suárez. José María Velasco Ibarra, cinco veces presidente del Ecuador, fue derrocado por su vicepresidente en tres ocasiones. Los cuatro presidentes ecuatorianos anteriores a Rafael Correa fueron reemplazados por sus vicepresidentes.

Cuando Correa quiso permanecer en el poder por interpuesta persona, lanzó como candidato a la presidencia a Lenín Moreno y para la vicepresidencia a su incondicional Jorge Glas. En cuanto asumió el poder, Moreno apresó a Glas y persiguió a Correa. Miguel Ángel Mancera, síndico del municipio de México, exhibía una lealtad canina hacia el jefe de Gobierno Marcelo Ebrard. Se le agotó a las 48 horas de asumir como su sucesor, cuando inventó una historia para perseguir a su exjefe. Podríamos seguir con una lista interminable de casos semejantes.

Casi ningún presidente permite que exista alguien que le haga sombra y el vicepresidente no debe tener más poder que el presidente. Si triunfa el binomio Fernández-Fernández no existirá un presidente con sombra, sino una sombra con presidente, al que deberá eliminar. Esto pasaría en cualquier hipótesis, pero en este caso es más grave porque Alberto Fernández no tiene psicología de títere, sino una personalidad fuerte. Ha criticado violentamente a Cristina durante años.

La fórmula es una bomba de tiempo que estallará cuando se organicen las candidaturas, durante la campaña o en el primer mes de gobierno. En el armado del Congreso los dos saben que está en juego el resultado del conflicto que van a vivir si ganan, y por eso tratarán de conseguir la mayoría para combatir al compañero de fórmula. Es imposible que Cristina acepte jugar el leal papel de Gabriela Michetti en la vicepresidencia. Si esa fórmula llegara a ganar, a los pocos meses uno de los Fernández terminará en la Casa Rosada y el otro en la cárcel.

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino. (Fuente www.perfil.com).