Alto requerimiento deportivo

Santiago Pérez Samaniego

La hazaña de Richard Carapaz del domingo 2 de junio de 2019, como ganador absoluto del Giro de Italia quedará marcada en la memoria colectiva nacional como uno de los días más icónicos del deporte ecuatoriano, comparable con proezas como la victoria de Andrés Gómez en el torneo de tenis Roland Garros de 1990 o con el principal hito del deporte del país con la medalla olímpica dorada de julio de 1996 a cargo del marchista Jefferson Pérez.

A pesar de la alegría por haber conseguido una victoria de este nivel, quedan algunas incertidumbres, preguntas y preocupaciones respecto al involucramiento y apoyo del gobierno en el desarrollo deportivo nacional y las políticas públicas de Estado en cuanto a asistencia a los deportistas de alto rendimiento.

Entendiendo al deporte como un componente educativo, como un derecho universal de todas las personas en democracia, como parte de la cultura de los pueblos, como factor de sociabilidad es inaceptable que en nuestro tiempo y a pesar que Ecuador cuenta con un marco normativo relacionado con el deporte, vivamos de esfuerzos individuales como el de Carapaz y nada que demuestre un trabajo institucional de país. Constitucionalmente el Ecuador en su Art. 381 con respecto al deporte señala: “El Estado protegerá, promoverá (…) auspiciará la preparación y participación de los deportistas en competencias nacionales e internacionales”.

El Estado Constitucionalmente está en la obligación de promover y garantizar los derechos, el deporte no debe ser la excepción, debe constituirse en una política de Estado que reúna, apoye y promueva a deportistas, que invierta en infraestructura y que brinde condiciones óptimas de entrenamiento y económicas que permitan darles a los deportistas seguridad para seguir cosechando grandes triunfos como Richard Carapaz. (O)

Twitter: santiagojperezs