Al hacer un negocio hay que saber con quién. Cuando se emprendieron “alegremente” con China, nadie se detuvo ante el hecho de que es Estado de partido único (comunista) que todo lo controla: lo que hay debajo de la tierra, lo que está encima, sus ríos y mares adyacentes, la atmosfera, la vida de sus habitantes y de sus empresas, aunque tengan apariencia de “privadas”.
A nadie le pareció sospechoso que en Ecuador sus inversiones en 2007, al comienzo de correísmo, eran solo de siete millones de dólares y hoy alcanzan 8.000 millones. La razón es simple: se presume que las empresas chinas pasaban dinero por “debajo de la mesa” a los funcionarios. Todo entonces era felicidad, todo se cobijaba con un nudo legal: lo que hacen esas empresas es secreto en China y aquí.
En efecto, los créditos financieros tienen cláusulas restrictivas en el acceso a la información. Así está en los contratos del régimen chino con el de Correa. La Contraloría y la Fiscalía en sus investigaciones sobre sobornos en los negocios con empresas chinas, constructoras o bancos, tienen delante un muro insalvable. No caben dudas, el clientelismo y el patrocinio son nuestras tragedias políticas.
Se trata de un amarre legal bien maquinado, con el que “atraparon” al régimen correísta y este se dejó atrapar. ¿Ingenuidad de Correa y adláteres? ¿Exceso de confianza? ¿Ignorancia sobre qué es y cómo opera un gobierno comunista? ¿Estupidez política de quienes se creían más listos que nadie? Quizás sea una combinación de todos estos factores. En definitiva, algo letal para Ecuador y los ecuatorianos.
Goza del presente y olvida que un futuro queda más allá”. Matthew Gregory Lewis Escritor inglés (1775-1818)
Descubre qué despierta la pasión de una persona y lo demás vendrá solo”. Kate Morton Escritora australiana (1976)