Redacción FRANCIA
AFP
El juicio de un gallo acusado de cantar demasiado temprano por sus vecinos en una isla turística del suroeste de Francia, fue aplazado al 4 de julio, prórroga que podría permitir una conciliación entre las partes.
La audiencia prevista en el tribunal de la localidad de Rochefort fue postergada por una cuestión legal. El gallo Maurice, ‘cansado’, no acudió a la corte ayer, como tampoco la pareja de jubilados que interpuso la demanda.
El animal vive en la isla de Oleron, en el suroeste francés, donde sus cacareos desde el amanecer irritan a los propietarios de una residencia vecina.
Su historia provocó numerosas reacciones en Francia, incluida la del alcalde de otra localidad del suroeste, Gajac, quien pidió al Gobierno que declare los sonidos del mundo rural como parte del patrimonio nacional.
En busca de conciliación
La propietaria del gallo, Corine Fesseau, comentó que estaba dispuesta a un “diálogo, siempre que no me agredan”. Acusa a los demandantes, a quienes no conoce, de haber “cerrado la puerta a todo” antes del juicio.
Su abogado, Julien Papineau, aseguró antes de la audiencia de ayer, que “no fue posible ninguna conciliación”.
El defensor de los demandantes, Vincent Huberdeau, afirmó que sus “clientes escribieron al alcalde de Saint-Pierre-d’Oléron, Christophe Sueur, para encontrar un arreglo amistoso. Buscaron una conciliación. Piden paz y tranquilidad. Solo quieren que encierren al gallo en la noche. Es una urbanización, no estamos en medio del campo”, agregó.
La justicia francesa determinará si este caso debe ser considerado como un sonido pernicioso. “Hoy denuncian el cacareo y mañana ¿qué será? ¿Las gaviotas? ¿El ruido del viento? ¿Nuestros acentos?”, se indignó el alcalde de Saint-Pierre-d’Oléron, Christophe Sueur.