Enma Montesdeoca.

Luis Fernando Revelo

El Libertador Simón Bolívar, solía decir: «La gloria de ser grande es saber ser útil». Y el Divino Rabí de Galilea subrayaba: “Vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido encomendado, decid: “Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”. Las personas serviciales son extraordinarias.

Sin lugar a dudas, la vida de la maestra sanantonense Enma Montesdeoca Sánchez, ha sido útil por donde se la mire. Con sus 35 años vaciados íntegramente en el colmenar apostólico de su labor docente en el amado Daniel Reyes, con su espíritu de exquisito patriotismo, con sus preseas de vocacionada maestra, supo ser útil por todos los costados del alma y de la voluntad. Ser útil significa saber descubrir en el alma el secreto de un apostolado, es concienciarse de que la vida no se nos dio para regresarla intacta, sino vivida. Y así lo entendió Enma Montesdeoca.

Junto a su padre, allá por el año 1 943, fueron pioneros al abrir una tienda de artesanías, donde vendían su producción artesanal, que incluía temas costumbristas y paisajísticos. Al ver truncado su sueño de formarse en el Teodoro Gómez de la Torre, ingresa al taller del Sr. Luis Reyes para plasmar sus obras de imperecedera valía. Quién no recuerda al párroco carchense Miguel Ángel Rojas cuando conformó la Junta Patriótica para crear un Establecimiento de docencia de arte. Prestantes ciudadanos de San Antonio la integraron, entre ellos la Srta. Enma Montesdeoca, cuya vida estaría ceñida íntimamente al destino del Liceo Artístico Daniel Reyes, primero como estudiante y más tarde como docente, con la magia del lápiz y del pincel.

Muy merecido el homenaje que le tributó la Comunidad educativa del Daniel Reyes en el marco de la jubilosa celebración de los 75 años de vida institucional.