MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA
Hay frases que, con el paso de los años, empiezan a cobrar mucho sentido, como esta expresada por Mahatma Gandhi, quien dijo: “Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”.
Si nos tuvieran que juzgar, ¿qué sentencia creen que nos darían, cuando a diario vemos animalitos muertos en las vías, atropellados por transportistas que no valoran la vida de quienes tienen que llevar a un destino, peor la de aquello que se le cruza en la autopista?
¿Cómo serían juzgadas aquellas personas que tienen a su cargo perros y los crían solamente para llevarlos a peleas callejeras, apostar, grabar videos y expenderlos? ¿O aquellas que se llenan de animales solo para reproducirlos como vulgares copias y arrancarlos de su seño materno ni bien vienen al mundo y sin importarles el sufrimiento de un animal recién parido lo hacen preñar nuevamente?
¿Cómo seríamos juzgados si a diario conocemos de denuncias de mascotas abandonadas a sol y a sombra en terrazas y balcones, aguantando hambre y frío, en muchos casos amarradas o encadenadas? ¿O cuando vemos un animal sediento buscando cómo saciar su necesidad y son expulsados a patadas de calles y parques?
Cuántos animalitos vemos deambular luciendo un collar que los identifica como mascotas con dueño, quien lo tiene sin cuidado alguno, sucios, enfermos y hambrientos buscando de portal en portal quien se apiade de ellos.
Una mascota es una responsabilidad, sea el animal que sea, requiere de cuidados y atención y también de protección. No podemos ni debemos rechazarlos, peor aún maltratarlos. Proporcionémosle a nuestros animales un mejor lugar para vivir, porque no solo el exceso de violencia es un crimen, lo es también el abandono y la falta de atención. En el COIP se determinan multas y penas para aquellos que maltraten a los animales; así que tratémoslo bien.