Trump otra vez

Ugo Stornaiolo

“Cuatro años más. Mantener grande a EE.UU. ”, gritaban sus simpatizantes en el Centro Amway de Orlando (Florida), estado fiel al mandatario, uno de sus fortines en 2016 y lugar de residencia en uno de sus lujosos clubes, en la temporada fría del resto del país.

Trump se da tiempo para banalidades: “ninguno tuvo nunca el consenso como yo, excepto George Washington”. Acusa a los demócratas y anuncia que seguirá construyendo el muro en la frontera con México. En Twitter escribe: “nadie, excepto un buen guitarrista, habría llenado este coliseo”.

“Estuvimos bajo asedio dos años, pero vencimos. El Rusia-gate no nos inculpa, nadie enfrentó a Rusia como Trump”, agrega. “Los demócratas quisieron deponernos; no hubo colusión ni obstrucción de justicia”. Se refiere a sus logros económicos: “logramos lo que ningún presidente obtuvo en sus dos primeros años y medio de presidencia”. Acusa a los medios de falsear la verdad.

“La única cosa que los políticos corruptos entenderán es un terremoto. Lo hicimos, lo haremos de nuevo y terminaremos el trabajo. Los demócratas quieren destruir el país, solo quieren el poder y destrozar la constitución. EE. UU. no será nunca socialista. Creemos en la libertad. El sueño americano volvió”, agrega.

Trump es el mismo de siempre. Las cifras económicas ayudan, pero no las formas. Su presencia en la política demostró la eficacia de un estilo agresivo, apelando al odio como característica. Su populismo es descarnado. Inauguró la diplomacia de los insultos y los giros inesperados (casos Norcorea e Israel).
Le resbalan las formas. Le gusta sortear los protocolos. Su primera presidencia fue una suma de lo anterior. Un segundo mandato recrudecería los enfoques más esenciales de los llamados “wasp” (blancos estadounidenses). Trump es la antítesis del político tradicional.

Un personaje que no declara sus impuestos y amenaza con guerras comerciales a China u otro país. La economía y el empleo le permiten perfilarse como favorito. Las encuestas frente a demócratas -Sanders y Biden a la cabeza- lo colocan en desventaja, pero Hilary Clinton sabe lo que es tener frente a Donald Trump.

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