En total abandono

MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

Toda noticia ligada a la situación carcelaria de nuestro país es realmente espeluznaste. Se comenta acerca de la sobrepoblación y el hacinamiento en que viven o sobreviven los privados de la libertad, acerca también de cómo se tratan los problemas de salud y alimentación, y en otros casos como algunos presos permanecen meses, incluso años sin una sentencia.

De lo que se conoce hasta la fecha, ha habido 19 asesinatos dentro del recinto carcelario, y sin ánimo de ser sarcástica, de seguirse suscitando esta situación, ya no será necesario que rija en nuestro país la pena de muerte. Pero, dado que aún no es una ley, este tema debe investigarse a profundidad, porque sucede dentro de un recinto donde se supone debe existir el más estricto control y vigilancia.

Nuestras cárceles se han convertido en la peor de las escuelas, pues allí no ese hace mayor distinción entre aquellos que están por narcotráfico, violaciones, robos agravados, o robos menores. Todos terminan siendo iguales, pues aprenden como es la ley de la selva, donde a manera de un tribunal, se juzga y se sentencia.

Es grave la situación que se está viviendo, más cuando entendemos que la cárcel es un mundo aparte, donde se vive con reglas y lealtades diferentes, donde no hay Dios, ni ley, dónde presos que sin temor alguno juegan con una cabeza a modo de balón, ente risas y gritos de algarabía. Esos mismos gritos que parecen no ser escuchados por nuestras autoridades, quienes al parecer han decidido no darse por aludidos de esta grave situación.

¿Acaso no comprendemos la magnitud del problema que se viene o al que la ciudadanía tendrá que enfrentarse? porque luego al salir estos presos, que no han tenido rehabilitación alguna, agreden y abusan de una población indefensa y olvidada también por sus autoridades.

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