La nueva izquierda

Fredy Cueva Castillo

Décadas atrás, la vieja izquierda sudamericana proponía la insurrección popular a través de las armas, buscando la reivindicación de los obreros y del campesinado a través de grupos subversivos y de figuras icónicas de la lucha de clases, para instalar lo que ellos llamaban la revolución.

Una vez finalizada la segunda guerra mundial, los países que ahora llamamos del primer mundo, iniciaron una escalada acelerada en su crecimiento económico, esto gracias a la industrialización y al capitalismo más que a una revolución marxista, tanto así, que en la década de los 60 y 70 pensar en una revolución armada de tinte marxista en los EEUU, Inglaterra o Alemania resultaba prácticamente inviable, ya que los obreros tenían comida en cantidad y calidad en sus refrigeradores y estaban más preocupados pensando en cambiar de auto que en agarrar las armas.

Desde esta perspectiva la vieja izquierda se ve en la necesidad de reinventarse y de generar nuevas fracturas sociales, que ya no pasen tanto por lo económico, sino más bien por situaciones de tipo cultural, inicia con esto la guerra de los sexos, aparece el feminismo radical, aparece la guerra de los géneros y con esto la ideología de género apoyada por los lobbies LGTBI, aparece el indigenismo, el “garantismo”, el ambientalismo radical y un largo etcétera de posiciones extremas.

Este progresismo cultural se fraguó en Europa, propiciado por grupos “vanguardistas” que a través de propósitos aparentemente nobles como la inclusión, la diversidad y los derechos de las minorías lograron armar una verdadera estrategia llamada ideología de género, la cual contaminó las cortes europeas y todo su sistema educativo.

En definitiva, la nueva izquierda logró su propósito, incluso organismos como la ONU y la CIDH respaldan estas ideas, en nuestro país la Corte Constitucional dio paso al matrimonio igualitario aun cuando nuestra constitución no lo permite.

Es decir, ahora la lucha es cultural, y quienes no estemos a favor de estas nuevas “tendencias”, inmediatamente estaremos en el lado oscuro, seremos vistos como retrógrados, intolerantes e ignorantes. (O)

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