Psicopatologías del poder

En griego, desmesura se dice ‘hybris’, y el psicólogo David Owen usó el término para referirse a los desequilibrios psicológicos que afectan normalmente a los presidentes. He conocido a muchos mandatarios de América Latina y a muy pocos que no fueran víctimas de la desmesura. El boato del poder, las ceremonias, las medidas de seguridad, las adulaciones del entorno, extravían al ser humano que inicia el gobierno, lo llevan fuera y lejos de sí mismo y lo convierten en “el presidente”, una pose acartonada que dictamina lo que puede o no hacer. Algunos no se curan más, se quedan para siempre como solemnes presidentes en la desocupación.

Otros tienen un “hybris” preventivo: ansían ser elegidos, realizan cabriolas que los ponen en ridículo, inventan membretes de partidos que sirven para esconder sus caprichos en la disciplinada militancia en una organización política, que a veces es solo un grupo de parientes y amigos. El síndrome se desarrolla cuando alguien ejerce el poder por mucho tiempo, lo hace sin controles y desarrolla la arrogancia, una abrumadora confianza en sí mismo y el desprecio por sus colaboradores y subordinados.

Para algunos políticos, su vida solo tiene sentido desde el poder. Alan García, uno de los mandatarios más preparados y más hospitalarios del continente, dijo en la carta en la que explicaba su suicidio: “Les dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones; a mis compañeros una señal de orgullo, y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse”.

Ellos son “la nación”, el pueblo, los pobres o cualquier cosa que defienden en ese momento. Tienen poco contacto con la realidad, rechazan los estudios que usan números y estadísticas, prefieren percepciones mágicas, intuiciones, entusiasmos ideológicos. Son estrictos cuando juzgan la moral de sus adversarios y laxos con sus propias conductas.

Los que no piensan como ellos deben ser perseguidos porque son la personificación del mal. Mientras más endiosado, menos podrá caminar por las calles en paz. Falta más investigación en América Latina, pero si se la hiciere, podríamos entender mejor a líderes como Correa, Cristina de Kirchner y Maduro. Mejor no seguimos la lista porque puede extenderse demasiado.
*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.

(Fuente: www.perfil.com)