Licor y autoridades

POR: Germánico Solis

Un estudio habla del alto consumo de alcohol en el Ecuador, y se entrevé que ese análisis incluye estadísticas de la provincia de Imbabura y de la ciudad de Ibarra. En nuestro medio para nadie es desconocida esa realidad, los consumidores los encontramos en todas partes y no excluye edad, estatus social, etnias, profesiones y género.

El hábito de ingerir alcohol hace que cualquier celebración sea la justificación, y si no la hay, se la inventa. El brindis está en el nacimiento de un niño, en el bautizo, en la primera comunión y en el matrimonio. Se bebe porque hace frío, porque ganó el equipo de preferencia, por el graduado, por el onomástico, por el ascenso, porque se quedó sin trabajo, porque compró o vendió una casa, por un buen o mal negocio, por una canción, por el juego de cuarenta, por el acierto o derrota política.

En los supermercados se suma a la compra de alimentos, botellas de vino, champán, ron, coñac, tequila, pisco, vodka o whisky, la gente popular encuentra en cambio las de trago de caña. Unos guardan las botellas en cavas o aparadores, mientras que otros entierran las pomas para que en un tiempo coja el sabor de la cáscara de la mandarina o de las pasas.

En Ibarra y en el país hay un horario para que las licorerías o los sitios de expendio vendan esos productos, existen disposiciones reguladas por ordenanzas y leyes, y que se entienden deben ser obedecidas, sin embargo, luego de concluida la hora permitida, no es difícil encontrar en esos mismos lugares la cantidad de botellas que alargue el festejo o jarana.

Para perpetrar con la demanda del consumo del alcohol, los vendedores de estos depósitos, y por aumentar sus pingües ganancias, luego del horario permitido, en franca desobediencia y flagrante violación a la ley, venden a vista y paciencia de la ciudad toda clase y cantidad de licores.

Los dueños con atroz desparpajo cierran las puertas de los negocios, dejando afuera reservados vendedores que atienden inmediatamente y durante toda la noche los pedidos. El expendio no es mirado por las autoridades que no sé por qué razón se hacen de la vista gorda. ¿Será labor para el intendente y comisarios? Provocación ahora para el nuevo gobernador.