Laberintos legislativos

Como ya no tenemos una mayoría absoluta y aplastante en la Asamblea, ahora ya no todo está siempre dicho. Hubo tiempos en que el mandamás de Carondelet dictaba desde su escritorio y se hacía su voluntad. Eran los tiempos de las reuniones de trámite, cuyo resultado se conocía desde antes de que se instalaran, las leyes preaprobadas sin debates ni criterios…

Y en este momento, los asambleístas se ven envueltos en otro contratiempo: el oficialismo ya no tiene la última palabra y las minorías vuelven a tener ‘derecho al pataleo’. Esto se ha hecho evidente no solo en las sesiones del Pleno, donde hemos visto acuerdos de todo tipo, sino, últimamente, hasta en las comisiones legislativas.

Luego de que tres de ellas no lograron definir internamente a sus autoridades, la discusión fue llevada al Pleno, que tomó una decisión. Sin embargo, esta semana quienes no fueron beneficiados por esa decisión se declararon en rebeldía y dejaron sin quórum a una de las mesas, exigiendo así la salida de algunos de sus colegas.

Esto, sin duda, representa un reto para el nuevo Presidente de la Asamblea, el desafío de llevar a todas las fuerzas políticas como si fueran una charola con vasos repletos de agua. Deberá hacer equilibrio, deberá dar pasos seguros, deberá cuidar que ningún vaso se derrame.

En tiempos en que la Legislatura intenta recuperar la confianza de la ciudadanía, tan venida a menos, es indispensable que esta imagen cambie. La cohesión institucional debe llegar pronto. No por el bien de mayorías o minorías, sino por el bien del país.


El pesimismo conduce a la debilidad; el optimismo al poder”. William James Psicólogo estadounidense (1842-1910)

La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir” Jacques B. Bossuet Escritor (1627-1704)