Política en Twitter

César Ulloa Tapia

Los grandes anuncios de la política se realizan en menos de 280 caracteres a través de Twitter. Esto avizora la muerte acelerada de las ruedas de prensa, la solemnidad de los espacios públicos y la parafernalia con la que cualquier vocero de Gobierno diseñaba el ‘show’. El grito tan reiterado de ‘grabando, silencio, cámaras y acción’ está convirtiéndose en objeto de museo o solo para cine. Vivimos en los tiempos de la simplificación absoluta de todo, de la evanescencia, de la liquidez más perversa y obscena, bajo la justificación mal contada de que no hay tiempo para nada, por lo tanto hay que ‘comunicar en segundos’ porque, además, la gente se aburre hasta de sí misma y más aún de extensas elucubraciones. Es tan común anunciar un cambio de gabinete a través de un tuit o la renuncia de un Ministro.

Se acabó la época en que los gobernantes escribían sus discursos, declamaban sus consignas y evitaban los papeles para leer. Todo fue resuelto con los escritores fantasmas (‘ghostwriter’), quienes redactan los discursos y también con el aparatejo del ‘teleprompter’ que permite la lectura sincronizada de frases hechas por parte de cualquier personaje público que mira con atención la pantalla. Si antes, los políticos se destacaban por su capacidad de oratoria, ahora tratan de dominar su lectura y fingir que son extraordinarios retóricos. Muchos personajes viajan con el ‘teleprompter’, porque no pueden improvisar y peor aún diseñar una estrategia discursiva en la coyuntura.

Sin embargo, la era digital todavía no ha resuelto muchas de las dudas que tenemos, pues no hay un estudio que determine que las redes sociales colocan presidentes, ni peor aún que una buena campaña garantice votos por el número de ‘likes’, compartidos o vistos. Por eso, la realidad ‘online’ es todavía un misterio por resolver, porque el mundo por fuera de línea (‘offline’) sigue siendo un termómetro para sentir el respaldo de la gente, sus demandas, exigencias y esperanzas. La política cambió en forma, pero no ha cambiado en fondo.

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