Fredy Cueva Castillo
Hoy el país termina un año bastante ajetreado en lo político y muy complicado en lo económico, realmente sucedieron cosas impensadas en nuestro país.
Pero dejando de lado el relajo político, lo que se nos viene es digno de preocupación, pues el mundo sigue su curso, las tendencias mundiales de producción y de consumo se modifican muy rápidamente, la informatización y la tecnología se posicionan e incluso reemplazan a las personas.
Años atrás, compañías millonarias como Polaroid y Kodak mandaban en el mercado fotográfico mundial, pero fueron sobrepasadas abrumadoramente por la fotografía digital. Hoy sus productos son solo un recuerdo, igual cosa ocurrió con Blockbuster, líder mundial en películas y videos, fue aniquilada por Netflix, una compañía multimedia con solo tres años en el mercado, Igual cosa le sucedió a Blackberry que fue superada por iPhone, que introdujo el teclado digital.
Ya podrán imaginarse ustedes, estimados lectores, los miles de empleos que se perdieron en los ejemplos anteriores y los millones que se perderán en un corto plazo, a manos de la tecnología.
Para quienes les preocupa la generación de empleo en el país y creen que a través del rol protagónico del estado se puede generar trabajo, les tengo malas noticias, pues el estado no tiene como función la generación de empleo.
Por su parte, para quienes creen que la gran industria y la gran empresa sean las que generen más empleos, también se equivocan, puesto que el nivel de digitalización y tecnologización de las grandes compañías las seduce a querer producir más con menos, y si pueden producir lo mismo ocupando la mitad de la mano de obra, lo harán, de eso no tengan la menor duda.
¿Qué nos queda entonces? Pues nos queda el emprendimiento, el emprendimiento basado en el conocimiento, el que genera valor, el que diferencia sus productos más por calidad que por precio, el que se preocupa del ser humano y del medio ambiente, aquel que nos ofrezca algo distinto a lo que hay. (O)
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