¿Por qué?

Se ha comentado en los últimos días sobre la ineptitud y mala fe del Consejo de la Judicatura, que ha recibido un buen número de denuncias ante el Cpccs. Lo que más se acusa a esa entidad estatal es por qué no ha velado por la transparencia y eficacia de la Función Judicial y por los posibles “concursos mañosos” implantados. Esto es fácil deducir. El presidente anterior (que hoy vive en Bélgica y aún no ha sido encausado por sus tremendos desatinos) expresamente ordenó que a la justicia había que “meterle las manos”. Esta descomunal monstruosidad fue cumplida por su presidente. Gustavo Jalkh, personero oscuro del gobierno anterior, quien que ocupó más de una función. Mientras estén aún en sus altas funciones los Jalkh, los Baca, etc., personajes malévolos del correato, muy poco se avanzará en el camino al imperio de la justicia.

Fernando T. Rohn
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