Ibarra sitiada por barracas

POR: Germánico Solis

“Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé. /Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, /la resaca de todo lo sufrido /se empozara en el alma… Yo no sé”. Estos son versos del poema Los Heraldos Negros, escritos por el célebre peruano César Vallejo, y que con brío se ajustan a los padecimientos que los ciudadanos ibarreños sentimos por los sucesos que se vienen dando en nuestro querido suelo.

Y el poeta anota: “Abren zanjas oscuras /en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. /Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; /o los heraldos negros que nos manda la Muerte”. Y es que el amor al terruño no es el discurso embaucador o desperdigar palabras zalameras que sobran por ser lisonjas para las mentes enclenques y que lastimosamente son dichas por quienes son autoridades en la ciudad.

Y en medio de la mortificación y cólera, los pobladores de la “Ciudad a la que siempre se vuelve”, advertimos cómo día a día como se va despeñando hacia un destino anunciado no por revelación, sino por la desvergüenza del poder. Se dibujan en mis sentidos los deslucidos tejemanejes que cotidianamente aguantamos cuando fijamos los ojos en la parte norte del Mercado Amazonas por ejemplo, que por irresponsabilidad y conveniencia de una conocida autoridad de otro tiempo, autorizó usar la Avenida Pérez Guerrero por vivanderas y luego se construyan barracas en la calle.

Hoy, el provecho político complaciente a la sagacidad de los mercantes, hace que zonas cardinales de la capital imbabureña, sean desabridas y escandalosas pocilgas. En muchas partes se han instalado covachas y chinganas al puro estilo pueblerino, nadie que le corresponda pone atención a la salud de los habitantes, al decoro, a la ley y buenas costumbres.

Gran parte del prestigiado Parque Ciudad Blanca, es posesión para aparejar desordenadas fondas de mala calidad, focos de infección que arruinan estómagos y acaban con la galanura y ornato. Que decir de los rededores de la terminal, con tenderetes y toldos expendiendo cualquier cosa, cotizando la circulación, creando inseguridad y presagio que pronto Ibarra tendrá chiqueros y porquerizas por doquier. ¿Cambio de bribones?