Alcantarillado sanitario ¿cuándo?

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Mucho tiempo ha transcurrido desde que algún administrador del Municipio local ofreció construir el alcantarillado sanitario y este servicio sigue brillando por su ausencia. Los pedidos ciudadanos para que más adelante otros políticos lleven a cabo la importante obra, han chocado con diversos obstáculos y Esmeraldas, la población que nació el 21 de septiembre de 1525, prosigue viviendo en un estado que no es el que se merece.

Algunas autoridades pretendieron atacar el problema abriendo unas cuantas zanjas en ciertos lugares, donde se colocaron tuberías orientadas hacia fuentes del compuesto de hidrógeno y oxígeno, de ríos y el mar, a los cuales contaminaron sin escrúpulo, mas el resultado fue poco halagador, porque se incrementó la contaminación general y las enfermedades crecieron; adicionalmente los costos sanitarios se multiplicaron. En otras palabras, la cura resultó peor que la enfermedad. Sabemos que el costo de un sistema de alcantarillado sanitario requiere de sumas elevadas que, generalmente, no se hallan al alcance de los municipios del país, incluyendo a los más poderosos como los de Quito, la capital de la República y de Guayaquil, la segunda en población y la más extensa.

Ambas urbes lanzan sus aguas servidas a un río, la primera y a otro río y un estero salado la segunda. Es decir, que el problema es muy serio y de complicada solución. Sin embargo, el Estado debe venir en auxilio de los administradores cantonales. Primero debería poner en marcha un plan racional que ubique las necesidades en el orden que corresponda, para favorecer a la mayoría desposeída; luego debería situar los impuestos en relación directa con los ingresos monetarios que cada persona percibe; en otras palabras, quien más gana debe aportar más al erario y no pensar en incrementos al IVA de manera general. No está demás insistir en que el alcantarillado sanitario es el fundamento de la salud preventiva y no se ahorra careciendo de estos sistemas indispensables, pues, pagar médicos y medicinas es más costoso que prevenir los males del deterioro fisico.

De nada vale tener el oro y otros metales bajo tierra para evitar la contaminación medioambiental, si con la basura y las excretas creamos situaciones altamente onerosas para la subsistencia de los seres racionales. Planificar adecuadamente, colocando educación y salud como primero que todo, es algo que debe hacerse ahora, antes de que la vida se acorte en exceso, como está ocurriendo con la de ciertos otros seres vivos útiles para los humanos.