Boom petrolero y boom minero

Es 1973, gobierna de facto el general Rodríguez Lara. Con él llegó otro invitado: el petróleo. Ocurrió el primer boom petrolero con llegada inusitada de capitales que fueron despilfarrados, concluyendo con la política de “endeudamiento agresivo”, promovida por el entonces ministro de Finanzas, Santiago Sevilla, en 1977.

Crecieron las ciudades, emergió una clase media consumidora, se construyeron proyectos urbanos, centros comerciales y la gente empezó a viajar al exterior, como no ocurría antes. Prosperaron algunas fortunas personales. Desde 1976 hasta 1981 se decuplicó la deuda externa (de $200 millones a $2.000 millones). Después, dos décadas de ajustes y crisis económica.

En 2009 surge el segundo boom petrolero: muchos capitales fueron derrochados en los primeros siete años de la “revolución” ciudadana. Correa no creyó necesario el ahorro y se burló de los “fonditos”, que hicieron falta en la emergencia del terremoto de 2016. El país vive desde entonces en una grave situación económica, con una deuda externa de $60 mil millones. ¿Dónde está la plata que se robaron?

Hace tres años surgió el boom minero: muchas empresas internacionales obtuvieron concesiones en varias zonas del país. Además, abunda la minería clandestina y de cielos abiertos, con sus problemas ambientales. Existen yacimientos probados, según los expertos, con oro, plata y cobre en las mismas vetas. Es la fiebre del oro, como la de California en la segunda mitad del siglo XX.

La minería trajo otros problemas: asentamientos precarios en zonas de extracción, con una vida paralela (albergues, comedores, bares y lupanares), más la presencia de delincuentes, sicarios y asesinatos. Es un escenario que no fue provocado por el Gobierno, pero que no sabe controlar. Logran desalojar en algunas zonas, pero pronto vuelven por más.

Ninguno de los apogeos de materias primas o “commodities” trajo prosperidad al país. Impresiona escuchar a personeros del Gobierno hablar de que “ahora sí” se debe manejar los fondos de la minería de manera pulcra. Como si se escuchara al general Rodríguez Lara con aquello de “sembrar el petróleo”. Pura música celestial…

[email protected]