‘El ciclón’ Álex Quiñónez en la gloria

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Satisfacción inmensa ha disfrutado el Ecuador con la conquista de la medalla de oro por el esmeraldeño Álex Quiñónez Martínez, quien se coronó campeón panamericano de los 200 metros llanos, en los Juegos Continentales que culminaron el 11 del presente en Lima, Perú, llenando de gloria a la patria y retomando al grupo de los grandes deportistas de todos los tiempos, calificándose como un ser humano que marcha por la senda que ordena la moral universal.

Para quienes hemos cultivado el deporte y estado cerca de las actividades del talento y el músculo, el regreso al camino correcto de Álex, del cual se había desviado luego de alcanzar el séptimo lugar en las Olimpiadas de Londres 2012, cuando se esperaba que ocupase el trono que dejaba Usaint Bolth, el rayo jamaiquino que dominaba las tres distancias cortas (100, 200 y 400 metros llanos).

Lo hecho por el ciclón esmeraldeño es relevante y ejemplar, pues, su medalla panamericana puede ser el inicio de un cambio de comportamiento de miles de deportistas y jóvenes no practicantes, que se han dejado engatusar por cantos de sirena de comerciantes de drogas prohibidas, quienes para llenar sus bolsillos de dinero sucio, se apropian de la voluntad ajena, hasta conducir al infierno, a los que caen en sus redes.

Los ministerios de Educación y Deportes deben, a partir de ahora, diseñar un plan de trabajo dirigido a la niñez y juventud ecuatoriana, para inducirla a la práctica de la actividad física, a tareas generales de recreación, al ejercicio de la lectura y escritura de poemas, novelas, ensayos y similares, hasta arrancarles ideas y sugerencias nefastas, identificadas con el consumo de sustancias estupefacientes y psicotrópicas.

En un pasado no muy lejano, el Ministerio de Educación del Ecuador, bajo la conducción de su titular, el guayaquileño Dr. Alberto Jurado González, siendo presidente de la República el Dr. José María Velasco Ibarra, instituyó los campeonatos nacionales colegiales de baloncesto, atletismo, fútbol, tenis de mesa y voleibol, entre otros, siendo estos torneos un medio para el desarrollo del talento y músculo juvenil, como también un camino para promover las relaciones fraternas entre los adolescentes de todas las provincias, cimentando amistades que aún perduran, pese al tiempo.

Un gran abrazo de cariño y amistad para Álex y ojalá que su nombre sea el símbolo de los futuros juegos escolares y colegiales que instauren pronto los ministerios de Deportes y Educación de nuestro querido Ecuador.