Personajes danzarán por el agua en Zámbiza

CEREMONIA. Los yumbos de San Isidro del Inca danzarán en la toma de la plaza de Zámbiza. (Foto: IMP/Jhony García)
CEREMONIA. Los yumbos de San Isidro del Inca danzarán en la toma de la plaza de Zámbiza. (Foto: IMP/Jhony García)

Yumbos, danzantes, huacos y un grupo de danza contemporánea se unen para tomarse la plaza de la parroquia de Zámbiza, en Quito, el 31 de agosto, en un acto simbólico para llamar a defender el agua.

Con el proyecto ‘Tzampiza, venimos del agua’, los yumbos de San Isidro del Inca, danzantes de Andinukuna, Quilago, Tepié, Casaguate, la Compañía Nacional de Danza, la Banda de Pueblo de Zámbiza, Kléver Viera, Brayan Arias, Andrés Hidalgo, Santiago Vergara, Ricardo Centeno, Juan Sebastián Sarmiento, Paola Guevara, María Álvaro, Jaime Lema y otros se unieron en un colectivo que une el arte, la cultura ambiental y las prácticas antiguas y modernas para invocar y recordar al ‘yaku’ (agua) y para “demandar que se tomen acciones para defender este recurso”.

El colectivo asegura que las prácticas diarias, la mala planificación y el vacío legal de los derechos de la naturaleza, han convertido a las quebradas y ríos en kilómetros de aguas servidas.

Añade que las quebradas y los ojos de agua se han convertido, en menos de un siglo, en puntos de deshechos y no en espacios sagrados, por esto, danzarán por los ríos Machángara, San Pedro, Monjas, Guayllabamba, que hace 50 años eran sitios de baño y esparcimiento familiar, y que ahora reciben las aguas servidas sin tratamiento.

Regala vida
El colectivo considera que la relación con la naturaleza se ha roto, y con el encuentro en Zámbiza se quiere recordar a la comunidad que “el ‘agüita sagrada’ recorre las montañas y las selvas, se queda dormitada entre el hielo del Cotopaxi, viaja en las nubes al Atacazo y viene a la ciudad para limpiar y regalar vida”.

Zámbiza fue un asentamiento indígena de gran importancia en la época preincásica. Es una de las parroquias más antiguas del Distrito Metropolitano de Quito. Su nombre significa ‘cazamos en la arena’ y proviene del tsafiqui (idioma colorado). ‘San’ (tsan), significa arena, y ‘bisa’ (bisha), cuya traducción es cazar. (CM)