No hay trabajo

Marlon Tandazo Palacio

Es común en estos días, escuchar a amigos o familiares quejarse por la falta de trabajo. Y pues, tienen razón, desde el punto de vista de la empleabilidad. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el empleo adecuado ha caído en Ecuador (de 41,1% a 37,9%), en comparación con el mismo período del año anterior.

Ahora bien, hay una gran diferencia entre estar desempleado y estar desocupado. Para ponerlo en términos sencillos, estar desempleado es, estar en condiciones de trabajar y no encontrar una plaza donde hacerlo, pese a tener la actitud de búsqueda y disponibilidad. De su parte, estar desocupado la definición más simple es, ocioso. Es decir, sin nada que hacer.

Detengámonos en esta parte ¿en verdad no hay nada que hacer? Observa a tu alrededor. Hay una escobita que pasar por aquel rincón; revisa tu clóset quizás tienes ropa que ya no usas y puede servirle a alguien más; ordena tu archivo de documentos, tal vez hay papeles que solo ocupan espacio; limpia el frente de tu casa; poda tu jardín; deja de publicar información basura; pasea la mascota; sal a caminar, ejercítate. Ahora ampliemos tu espacio de influencia; si tienes familiares ancianos visítalos; si tienes amigos o familiares enfermos también visítalos; y si no tienes ni amigos ni familiares enfermos a quien visitar, ve al asilo o a un hospital. Recuerda que, no hay nadie tan pobre que no pueda ofrecer una palabra de aliento, ni tan rico que no la reciba.

En su obra, Un espíritu sin límites, Nick Vujicic narra cómo en algunas ciudades del mundo, se organizan las personas para hacer cosas locas. Se toman plazas y dan abrazos gratis, se toman un parque y lo dejan bonito; un barrio y lo pintan.

Puede ser que el empleo esté escaso, pero trabajo hay muchísimo. Observa a tu alrededor y ponte a trabajar, quizás en el transcurso del paréntesis laboral, encuentres el trabajo de tus sueños. (O)

@marlontandazop