Llegó a Chile extraditado de Brasil un exguerrillero que luchó contra Pinochet

Santiago, Chile AFP

El exguerrillero chileno Mauricio Hernández Norambuena, líder de una de las principales organizaciones que enfrentó al exdictador Augusto Pinochet y condenado por el asesinato de uno de los mayores ideólogos del régimen, llegó a Chile este martes extraditado desde Brasil.

Las autoridades chilenas habían pedido esta extradición hace años pero fue con los gobiernos derechistas de Jair Bolsonaro y Sebastián Piñera que se alcanzó un acuerdo para vencer «los problemas burocráticos entre Chile y Brasil», afirmó en Twitter el mandatario brasileño.

«Nuestro gobierno hizo gestiones con el gobierno de Brasil para que una persona condenada por asesinato y secuestro cumpla su condena», afirmó de su lado Piñera, quien agradeció a la presidencia brasileña haber permitido que «se haga justicia».

El exguerrillero, de 61 años, arribó a Chile en un vuelo de la Fuerza Aérea de su país. Fue trasladado de inmediato a la cárcel de Alta Seguridad de Santiago, el mismo lugar del que se fugó en helicóptero en 1996, según confirmó el juez especial Mario Carroza a periodistas.

Junto a Hernández, otros tres exguerrilleros condenados por la muerte en 1991 del senador ultraconservador Jaime Guzmán escaparon en esa oportunidad.

Ricardo Palma Salamanca recibió asilo político en Francia a principios de año tras vivir casi dos décadas en la clandestinidad en México, Patricio Ortiz vive en Suiza y Raúl Escobar fue detenido en México en 2017 por su supuesta participación en varios secuestros.

Riesgo de fuga

Hernández Norambuena llegó al país de madrugada y sin ser visto por la prensa. «Venía de buen ánimo, conversamos con él. Solamente quería descansar», dijo el juez.

Un grupo de personas aguardaba su ingreso a la cárcel chilena con carteles que decían: «Brasil tortura, Chile calla».

El ministro de Justicia brasileño, Sergio Moro, precisó que el exguerrillero fue extraditado con autorización del Supremo Tribunal Federal y que su sentencia chilena a prisión perpetua fue conmutada en una pena de 30 años de cárcel para posibilitar su extradición, en acuerdo con la legislación brasileña.

Hernández fue condenado en Chile como autor del crimen de Guzmán, artífice de la Constitución de la dictadura de Pinochet (1973-1990), aún vigente con algunas modificaciones, quien fue asesinado a balazos a la salida de la Universidad Católica, donde era profesor de derecho, un año después del fin del régimen militar.

El izquierdista Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), una de las principales guerrillas que enfrentó al régimen de Pinochet, se adjudicó el atentado.

Hernández participó además del secuestro en 1991 de Cristián Edwards, uno de los hijos del dueño del diario El Mercurio, delito por el cual también fue condenado a cadena perpetua.

Después de escapar de la cárcel fue detenido en 2002 en Brasil por el secuestro del empresario brasileño Washington Olivetto, un connotado publicista, por lo cual fue condenado a 30 años de cárcel.

Tras de cumplir casi 17 años de esa pena, estaba a las puertas de poder pedir beneficios carcelarios, lo que hacía factible una eventual fuga, según las autoridades chilenas.

«Estábamos en una encrucijada. O aceptábamos la extradición en los términos de la justicia brasileña o no había extradición. Y si no había extradición pasaría a un régimen semi-cerrado, lo que implicaba reclusión nocturna y libertad durante el día, con el inminente riesgo de fuga dado su historial», explicó el ministro de Justicia chileno, Hernán Larraín.

Ahora cumplirá en Chile el tiempo de prisión restante para completar los 30 años impuestos en Brasil, lo que en la práctica significa una rebaja de 40 años de su condena inicial.

Brasil sin «refugio a criminales»

Desde la llegada de Bolsonaro al poder en enero, Brasil puso bajo presión a extranjeros relacionados con la extrema izquierda buscados en otros países.

En Twitter, el mandatario afirmó que la extradición de Hernández Norambuena corresponde a una «política de cooperar con otros países y no dar refugio a criminales o terroristas», mientras que Moro celebró: «Otro criminal que se fue».

El exactivista italiano Césare Battisti, condenado a prisión perpetua por cuatro asesinatos en su país en la década de 1970 y que vivía desde 2004 en Brasil en condición de refugiado, fue detenido en enero en Bolivia luego de que Brasilia emitiera una orden de captura en su contra, y remitido a las autoridades italianas.

En julio, Brasil revocó el estatuto de refugiado de tres paraguayos requeridos por Asunción bajo sospecha de haber participado en el secuestro de la esposa de un empresario en 2001.