María Soledad, arqueóloga que le da ‘vida’ a los muertos

EXCAVACIÓN. La arqueóloga María Soledad Solórzano en un yacimiento en Tena, Napo. (Foto archivo EFE)
EXCAVACIÓN. La arqueóloga María Soledad Solórzano en un yacimiento en Tena, Napo. (Foto archivo EFE)

María Soledad Solórzano ‘resucita’ a quienes ocuparon Ecuador hace miles de años. Ella, quiteña de 43, ha dedicado la mitad de su vida a la arqueología. Descubrir cerámicas y restos de objetos milenarios para dar ‘voz’ a culturas pasadas es, literalmente, lo que la enamora. Escribir informes hasta las 04:00, para despertar unas horas más tarde y dar clases en la Universidad Regional Amazónica Ikiam, o internarse en la Amazonía para excavar, no le molesta. Tampoco la inequidad y segregación que atravesó por ser mujer. Su vida en esa ciencia comenzó a los 22 años, cuando se vinculó a proyectos de investigación. Pero, admite entre risas, lo que la inspiró a seguir la carrera fueron las películas. Ahora tiene un doctorado y está a cargo de dos proyectos en Ikiam. Uno busca que los saberes ancestrales para la elaboración de cerámicas sean declarados como patrimonio cultural inmaterial. En 2007 halló varias estatuillas femeninas en la comuna Yamanuka, en Sucumbíos, a las que llamó las ‘Venus de Capucuy’. En la Amazonía no se había producido un descubrimiento similar. Siete años después, en 2014, encontró un yacimiento dentro del proyecto ‘Pashimbi milenario’, cercano a las instalaciones de Ikiam, en Tena.

La arqueología es para Solórzano una forma de contribuir al presente desde el pasado, a través de aprender cómo vivió la gente, que no provocó la destrucción actual. Por eso, quiere “hacer hablar a sociedades que han desaparecido”.