Amazonas

VERÓNICA NARVÁEZ TERÁN

¡Que lenta reacción del humano ante la naturaleza en llamas! Tan solo después de dos semanas de fuego consumiendo árboles, animales, paisaje y vida, recién fue masivo el sentir de la pérdida de los bosques de la Amazonía.

No se difundió al mundo con urgencia el caso, a pesar que en comparación con el año 2018, se reporta que los incendios en Brasil aumentaron el 80% y poco más de la mitad se reportaron en la Amazonía afectando a 68 zonas protegidas o reservas indígenas de la región amazónica. Considerado los pulmones del planeta Tierra, el bosque tropical del Amazonas, cubre una superficie de 5.5. millones de kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en un tesoro de biodiversidad con el 60% de presencia en Brasil y la diferencia entre ocho países de Latinoamérica: Bolivia, Colombia, Brasil, Ecuador, Guyana Francesa, Guyana, Surinam, Venezuela y Perú.

A más de biodiversidad la Amazonía cuenta con una gran riqueza en recursos minerales, la poca reacción de Brasil, evidencia cuanto les conviene a los extractivistas la devastación para cumplir con sus objetivos de “abrirse camino en la tierra” y explotar los recursos a todo precio, así sea precio que paga el mundo entero.

Nadie entiende cómo esperamos tanto tiempo para reaccionar ante la destrucción de la naturaleza, y tan rápido para ayudar en el incendio de Notre Dame, finalmente es la misma naturaleza quien actúa para salvarse, la lluvia llegó y con esta, la esperanza de todos que no se destruya más territorio amazónico.

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