El arte y la tradición para elaborar tiestos de arcilla se mantiene en Cotacachi

Proceso. La masa es golpeada con una piedra para luego darle la forma al tiesto.
Proceso. La masa es golpeada con una piedra para luego darle la forma al tiesto.
Artesana. La labor de los tiestos es completamente manual.
Artesana. La labor de los tiestos es completamente manual.
Alfarería. María Morocho en el patio de su casa con el producto de su trabajo.
Alfarería. María Morocho en el patio de su casa con el producto de su trabajo.
Producto. Tiestos, ollas y platos hechos con arcilla o barro.
Producto. Tiestos, ollas y platos hechos con arcilla o barro.

Redacción COTACACHI

María Morocho, de 54 años, es una de las pocas mujeres kichwas que se dedica a la alfarería, elaborando, a mano, tiestos, platos y vasijas en arcilla. Ella es de la comunidad de Alambuela, parroquia del Sagrario de Cotacachi. El arte lo aprendió desde muy joven, cuando vio la necesidad de ayudar a su esposo para la manutención de sus 12 hijos.

La confección de los tiestos es arduo. La actividad empieza desde muy temprano; en carretillas traen la materia prima, como la arcilla, que sirve para realizar el proceso.

En un pequeño taller hecho de plástico, en un rincón de su vivienda, María tiene listo los moldes que servirán para hacer estas artesanías. De un costal de cabuya va sacando la arcilla, que es mezclada con agua para obtener una especie de masa, a la cual se le da una forma redonda y se le golpea con una piedra. Luego, la arcilla es colocada en un molde, donde permanecerá hasta el siguiente día para ser quemado en un horno especial. De esta manera, los tiestos quedarán listos para ser comercializados.

Proceso arduo
Para hacer cada tiesto, María se demora alrededor de 15 minutos. Esta labor la hace sola, pues ninguno de sus hijos quiso aprender este oficio. El costo depende del tamaño, valen desde los dos hasta los siete dólares. En la semana alcanza a fabricar alrededor de 30 tiestos, los cuales son vendidos en las ferias y mercados de la provincia.

La artesana cuenta que lo más difícil es traer la arcilla de las quebradas hasta su vivienda, así como también el amasar para dar una forma compacta y blanda. “Lo que más se venden son los tiestos, pero también elaboro ollas que sirven para cocinar la sopa y el mote. Además, fabrico platos hondos para comer la colada de maíz y champuz”, afirma doña María.

Dedicación
Dentro de Alambuela existen tres familias que trabajan en este oficio. Hace algunos años habían más, pero debido a la crisis económica y a la poca demanda de este producto, los artesanos decidieron emigrar a otros sitios y laborar en otras actividades. La alfarería es el arte de elaborar tiestos u otros objetos a base de arcilla o barro cocido. En los pueblos se utiliza la tuza del maíz para prender lumbre y quemar el tiesto, con la finalidad de cambiar a otro color amarillento y que se vea más vistoso para la venta. (PMHR)