Transporte público

JORGE ZAMBRANO ANDRADE

Santo Domingo tiene ya 500.000 habitantes, es una de las capitales más grandes del país. Tiene algunos kilómetros de rutas, en los que más de 100.000 personas diariamente se movilizan. Los buses de servicio público transportan a 50.000 personas, los particulares movilizan al resto.

Los desplazamientos en la ciudad son bastante lentos y a veces muy largos, haciendo que las personas lleguen irritadas al trabajo. Esta irritación, hace que la productividad disminuya, cuando se suben a su medio de transporte, corren el riesgo de no poder sentarse, lo que aumenta la tensión.

El conductor abusa de la persona que se transportan lanzando frases como “hacia atrás”, “Siga que sí hay espacio”, “Álceme la niña”, etc. Cada año crece la cantidad de carros en la ciudad, y hace pensar darle paso a articulados que presten un servicio con mayor cobertura sin necesidad de hacer más trancones. La mala semaforización hace que los recorridos también sean más dispendiosos.

La mayoría de los semáforos no funcionan haciendo difícil y peligrosa la movilización, se suma a esto la mala señalización que también está descuidada, las paradas de buses coinciden con el parqueadero de taxis obligando al usuario a salir a media calle a tomar el bus como pasa frente al centro comercial.

Los policías de tránsito, en vez de desenredar el tráfico, hacen aumentar el caos vehicular. El invierno tampoco ayuda, quedan muchas obras sin terminar, es uno de los mejores pretextos para seguir posponiendo las cosas. Semaforización y señalización desorganizadas + largos trayectos + poca velocidad + mucho tiempo = ciudadano menos productivo.

A veces todo el recorrido de pie, hace que el pasajero de la mañana, llegue cansado, y si es de noche, aumente su agotamiento haciendo que las horas de sueño no sean tan efectivas. La productividad en el empleo y el estudio decrece por culpa de ese agotamiento.

[email protected]