Equidad de género en el país

Hever Sánchez M.

Ciertamente la mujer es lo más bello, lo más preciado, lo más sublime de la creación universal. De ella emana la vida y es el centro de la familia y de la sociedad.

Desde algunas entidades del Estado se ha lanzado una campaña agresiva para que se cumpla la paridad de género; es decir que una mujer sea binomio de quienes dirigen municipios, prefecturas u otras entidades. Lejos de ser esta una medida inclusiva a favor de la mujer, se le denigra terriblemente porque se le está haciendo notar que si no fuese mujer, jamás alcanzaría a ocupar un cargo como tal. Se está dejando entrever de que la única forma de sobresalir, es por el hecho de ser mujer, mas no por sus dotes de persona humana.

Es política de Estado el hacer propaganda sobre la paridad de género, es una nueva forma de dominación mantener a las sociedades ocupadas en temas como la paridad de género, las conquistas Lgbti, el aborto o los desastres naturales, mientras el poder económico mundial se apodera sistemáticamente de nuestra alimentación, de nuestra economía y de nuestra mente. Nos enfrentan unos contra otros como si se tratase de dos especies diferentes y muchas personas inconscientemente caen en este juego absurdo.

Hay tantas mujeres que brillan con luz propia, que han llegado a lo alto sin necesidad de que les hayan dado una “mano” por el hecho de ser mujeres. Hipatia de Alejandría, Juana de Arco, María Curie, o nuestra Manuelita Sáenz, no se valieron de la paridad de género para cambiar la humanidad. Lo hicieron solas, dentro de una sociedad conservadora, contra una religión aplastante y con muchos factores en su contra.

Es verdad que el machismo ha hecho daños irreparables, pero no tratemos de suplantarlo por un nuevo abuso como es, en el que se está convirtiendo el actual feminismo. (O)

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