El compromiso

JORGE ZAMBRANO ANDRADE

El gobierno anunció un plan para estimular el crecimiento económico y el empleo con el fin de amortiguar los efectos indeseables de la crisis financiera. Hace falta actuar en vez de sólo resistir y por fin las declaraciones del Gobierno van en ese sentido.

El anuncio del programa siguió a la terapia intensiva aplicada al peso por el presidente que subastaron 2 mil 500 millones de dólares para revertir la caída de la moneda.

El presidente pedirá al Congreso modificaciones al Presupuesto de Egresos del año próximo para ampliar el gasto en infraestructura con reglas que permitan un ejercicio más rápido. Quedan pendientes importantes: la rendición de cuentas de los recursos entregados a los gobiernos estatales y la urgente austeridad de todos los actores que componen la administración pública.

En un gesto que parecería solidario, diputados y Convergencia coincidieron con recortar el presupuesto al Poder Legislativo, ejemplo de opacidad. Desilusiona por tanto que quieran mantener intocado su salario y préstamos. Lo mismo es aplicable a todos los poderes de la Unión.

Hay muchos factores de vulnerabilidad. Por eso es de reconocerse que se ponga en marcha un programa extraordinario de apoyo a las pequeñas y medianas empresas y un proceso de desregulación y desgravación arancelaria.

La crisis que hoy enfrenta el país, indudablemente producto de factores externos, ofrece sin embargo oportunidades que en alguna forma fueron abordadas por el mensaje presidencial. En especial, la construcción de infraestructura con su consecuente creación de empleos.

La preocupación actual es que el costo de los problemas ocasionados por la falta de crédito, la baja de las exportaciones y la inflación repercute en el bolsillo de los ciudadanos. Queda pendiente la austeridad gubernamental y garantías para mantener el dinero público lejos de intereses individuales, pero la propuesta es un buen primer paso.

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