Último apaga la luz

Marlon Tandazo Palacio

Recuerdo cuando niño, recién empezaba a popularizarse Atari. Hombres y mujeres jugábamos a salir en estampida de una oscura habitación donde supuestamente había fantasmas. Como nadie deseaba ser atrapado, pugnábamos por salir primero. Entonces alguien que llevaba la delantera voceaba a viva voz, ¡el último apaga la luz! Ése momento el juego se volvía más interesante, dado que ninguno quería apagarla, por miedo al fantasma.

Quienes fuimos niños en aquel entonces ahora somos padres de familia y algunos son abuelitos. Y claro, aunque ya grandecitos, muchos están asustados por “fantasmas” que les merodean. Los fantasmas de: enfermedades crónicas, del desempleo, de la vejez, de la falta de liquidez, de quedarse solo. En fin, los etcéteras pueden ser extensos.

Alguna vez escuché decir a un buen amigo, que la mejor motivación que él encontró para cuidar su salud fue un pre-infarto. Decía él: “desde que pasé por ese susto, soy más consciente de lo que doy a mi cuerpo, eso incluye control emocional, alimentos y ejercicio físico”.

Te preocupa el desempleo, cuida tu actual trabajo. Sé puntual, sonríe y entrega con bondad lo mejor de ti. Que tus usuarios, eso incluye a compañeros y clientes, estén contentos de encontrarse con personas serviciales como tú.

Te inquieta envejecer, tienes dos caminos. Sentarte a llorar y la otra tomar las riendas del resto de tu vida. Aliméntate sanamente, ejercítate, cultiva amistades que te alienten a salir adelante y practica un hobby.

Te impide dormir tu iliquidez, invierte con inteligencia cada dólar que llegue a tus manos, lee sobre educación financiera; evalúa tus capacidades y ponlas al servicio de tu círculo social, que sepan que estás disponible para trabajar. Medita y ora. Y si te toca apagar la luz, que sea para asustar al fantasma. (O)

@marlontandazop