Manos kichwas que preservan los saberes

VESTIMENTA. Las creaciones tienen diferentes colores y diseños en la línea de ponchos. Es uno de los productos que más se vende.
VESTIMENTA. Las creaciones tienen diferentes colores y diseños en la línea de ponchos. Es uno de los productos que más se vende.
VESTIMENTA. Las creaciones tienen diferentes colores y diseños en la línea de ponchos. Es uno de los productos que más se vende.
VESTIMENTA. Las creaciones tienen diferentes colores y diseños en la línea de ponchos. Es uno de los productos que más se vende.
VESTIMENTA. Las creaciones tienen diferentes colores y diseños en la línea de ponchos. Es uno de los productos que más se vende.
VESTIMENTA. Las creaciones tienen diferentes colores y diseños en la línea de ponchos. Es uno de los productos que más se vende.
VESTIMENTA. Las creaciones tienen diferentes colores y diseños en la línea de ponchos. Es uno de los productos que más se vende.
VESTIMENTA. Las creaciones tienen diferentes colores y diseños en la línea de ponchos. Es uno de los productos que más se vende.

Redacción OTAVALO

A pocos metros de la Plaza de los Ponchos, en Otavalo, está ubicado el almacén de la Pacho Lema, quien junto a su familia es uno de los cientos de kichwas otavaleños que se dedican a la confección y el comercio de la artesanía textil en el sector.

En el mostrador se observa mantelería, adornos para el hogar, cobijas y ponchos, todos elaborados con vistosos diseños y colores de la región Andina. En la actualidad, esta actividad se ha modernizado: los telares de madera se han ido perdiendo y ahora la mayoría de artesanos utiliza maquinaria moderna, la cual les facilita la confección y aumenta la producción de mercadería que se exporta al extranjero.

“La diferencia está en que la maquinaria se trabaja en cantidad, pero conservando la identidad del producto en los diseños y los colores”, dice Lema.

Conocimiento
Antes de ser artesano, se dedicaba a la música y fue integrante del Grupo Ñanda Mañachi, con quienes tuvo la oportunidad de viajar por varios países. “Como siempre me ha gustado la artesanía, he visto el arte que hacen en Bolivia, Perú, Guatemala y México. Todo eso he ido investigando y, con el conocimiento que tengo como artesano, pude fusionar este trabajo en diseños, colores, en diferentes artículos”.

Calidad internacional
‘Pancho’ dice que la materia prima que se utiliza es el algodón y el acrílico, que se exporta a Japón, Canadá, Estados Unidos y Chile.

A escala nacional, afirma que también es alta la demanda del producto, debido a la calidad y la garantía del trabajo que su trabajo ofrece. En la familia Lema todos trabajan: padres, hijos, nietos y yernos; cada quien tiene una responsabilidad en la producción. Esta actividad les ha permitido salir adelante y educar a sus hijos para adquirir más conocimientos en diseño textil.

En el local se encuentran ponchos desde 14 dólares y cobijas en 18. En el exterior el mismo producto está en 130. (DLH)

Redacción OTAVALO

A pocos metros de la Plaza de los Ponchos, en Otavalo, está ubicado el almacén de la Pacho Lema, quien junto a su familia es uno de los cientos de kichwas otavaleños que se dedican a la confección y el comercio de la artesanía textil en el sector.

En el mostrador se observa mantelería, adornos para el hogar, cobijas y ponchos, todos elaborados con vistosos diseños y colores de la región Andina. En la actualidad, esta actividad se ha modernizado: los telares de madera se han ido perdiendo y ahora la mayoría de artesanos utiliza maquinaria moderna, la cual les facilita la confección y aumenta la producción de mercadería que se exporta al extranjero.

“La diferencia está en que la maquinaria se trabaja en cantidad, pero conservando la identidad del producto en los diseños y los colores”, dice Lema.

Conocimiento
Antes de ser artesano, se dedicaba a la música y fue integrante del Grupo Ñanda Mañachi, con quienes tuvo la oportunidad de viajar por varios países. “Como siempre me ha gustado la artesanía, he visto el arte que hacen en Bolivia, Perú, Guatemala y México. Todo eso he ido investigando y, con el conocimiento que tengo como artesano, pude fusionar este trabajo en diseños, colores, en diferentes artículos”.

Calidad internacional
‘Pancho’ dice que la materia prima que se utiliza es el algodón y el acrílico, que se exporta a Japón, Canadá, Estados Unidos y Chile.

A escala nacional, afirma que también es alta la demanda del producto, debido a la calidad y la garantía del trabajo que su trabajo ofrece. En la familia Lema todos trabajan: padres, hijos, nietos y yernos; cada quien tiene una responsabilidad en la producción. Esta actividad les ha permitido salir adelante y educar a sus hijos para adquirir más conocimientos en diseño textil.

En el local se encuentran ponchos desde 14 dólares y cobijas en 18. En el exterior el mismo producto está en 130. (DLH)

Redacción OTAVALO

A pocos metros de la Plaza de los Ponchos, en Otavalo, está ubicado el almacén de la Pacho Lema, quien junto a su familia es uno de los cientos de kichwas otavaleños que se dedican a la confección y el comercio de la artesanía textil en el sector.

En el mostrador se observa mantelería, adornos para el hogar, cobijas y ponchos, todos elaborados con vistosos diseños y colores de la región Andina. En la actualidad, esta actividad se ha modernizado: los telares de madera se han ido perdiendo y ahora la mayoría de artesanos utiliza maquinaria moderna, la cual les facilita la confección y aumenta la producción de mercadería que se exporta al extranjero.

“La diferencia está en que la maquinaria se trabaja en cantidad, pero conservando la identidad del producto en los diseños y los colores”, dice Lema.

Conocimiento
Antes de ser artesano, se dedicaba a la música y fue integrante del Grupo Ñanda Mañachi, con quienes tuvo la oportunidad de viajar por varios países. “Como siempre me ha gustado la artesanía, he visto el arte que hacen en Bolivia, Perú, Guatemala y México. Todo eso he ido investigando y, con el conocimiento que tengo como artesano, pude fusionar este trabajo en diseños, colores, en diferentes artículos”.

Calidad internacional
‘Pancho’ dice que la materia prima que se utiliza es el algodón y el acrílico, que se exporta a Japón, Canadá, Estados Unidos y Chile.

A escala nacional, afirma que también es alta la demanda del producto, debido a la calidad y la garantía del trabajo que su trabajo ofrece. En la familia Lema todos trabajan: padres, hijos, nietos y yernos; cada quien tiene una responsabilidad en la producción. Esta actividad les ha permitido salir adelante y educar a sus hijos para adquirir más conocimientos en diseño textil.

En el local se encuentran ponchos desde 14 dólares y cobijas en 18. En el exterior el mismo producto está en 130. (DLH)

Redacción OTAVALO

A pocos metros de la Plaza de los Ponchos, en Otavalo, está ubicado el almacén de la Pacho Lema, quien junto a su familia es uno de los cientos de kichwas otavaleños que se dedican a la confección y el comercio de la artesanía textil en el sector.

En el mostrador se observa mantelería, adornos para el hogar, cobijas y ponchos, todos elaborados con vistosos diseños y colores de la región Andina. En la actualidad, esta actividad se ha modernizado: los telares de madera se han ido perdiendo y ahora la mayoría de artesanos utiliza maquinaria moderna, la cual les facilita la confección y aumenta la producción de mercadería que se exporta al extranjero.

“La diferencia está en que la maquinaria se trabaja en cantidad, pero conservando la identidad del producto en los diseños y los colores”, dice Lema.

Conocimiento
Antes de ser artesano, se dedicaba a la música y fue integrante del Grupo Ñanda Mañachi, con quienes tuvo la oportunidad de viajar por varios países. “Como siempre me ha gustado la artesanía, he visto el arte que hacen en Bolivia, Perú, Guatemala y México. Todo eso he ido investigando y, con el conocimiento que tengo como artesano, pude fusionar este trabajo en diseños, colores, en diferentes artículos”.

Calidad internacional
‘Pancho’ dice que la materia prima que se utiliza es el algodón y el acrílico, que se exporta a Japón, Canadá, Estados Unidos y Chile.

A escala nacional, afirma que también es alta la demanda del producto, debido a la calidad y la garantía del trabajo que su trabajo ofrece. En la familia Lema todos trabajan: padres, hijos, nietos y yernos; cada quien tiene una responsabilidad en la producción. Esta actividad les ha permitido salir adelante y educar a sus hijos para adquirir más conocimientos en diseño textil.

En el local se encuentran ponchos desde 14 dólares y cobijas en 18. En el exterior el mismo producto está en 130. (DLH)