Una tragedia que se repite

El paro decretado por los transportistas afectó a una parte importante del territorio nacional. Hubo bloqueo de los accesos de entrada a algunas capitales de provincia, cierre de calles, quema de llantas, detenidos por actos de violencia y una multitud de compatriotas desplazándose trabajosamente, y a veces bajo amenaza, a sus centros de trabajo. La elevación del precio de las gasolinas fue el detonante de todo.

La clase dirigente de los transportistas decretó la medida de hecho. Con el apoyo de sindicatos y gremios de otros sectores, exigen que los precios de la gasolina vuelvan a los que eran antes. Son todos conocidos y algunos se han mantenido en sus puestos durante casi un cuarto de siglo. Los métodos son los de siempre, se aplican a la manera de un guion bien repasado, así como el tipo de “protestantes”.

El presidente Lenín Moreno decretó el Estado de Excepción a nivel nacional para restablecer el orden tras las manifestaciones de esos gremios y sindicatos. La Policía Nacional y las Fuerzas Armadas colaborarán para poner orden en el país y que la sociedad pueda desenvolverse de la manera más normal posible. Nosotros, la mayoría de sus ciudadanos, hemos sido víctimas y espectadores de lo que sucede.

Tal vez hoy la puesta en escena continúe y aquellos que necesitan llevar el sustento diario a sus familias, tendrán que hacer los sacrificios y el esfuerzo de ayer. Una puja de fuerzas a ver quién afloja primero. ¿Y Ecuador? Atento a saber quién gana. Es una tragedia que se repite en un Gobierno tras otro. Un estigma histórico.


Los débiles tienen un arma: los errores de los que se creen fuertes”. Georges Bidault Político francés (1899-1983)

Dios se vale muchas veces de los débiles para abatir a los poderosos”. Juan Donoso Cortés Ensayista español (1809-1853)