La ley del sabido

MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

A tan solo dos días del anuncio de las nuevas medidas económicas y de un día de su puesta en vigencia, diversos grupos se han tomado el nombre del pueblo ecuatoriano para abanderar una lucha que realmente les conviene a unos cuantos a pretexto de protesta social.

Sin ánimo de pretender ser economista o gran conocedora del tema económico, puedo decir que estas medidas nos ayudan a conocer los precios reales de los combustibles y a reconocer que esta liberación de su precio no es un impuesto y como tal no deberían encarecer la vida de los ecuatorianos. En esta parte es menester que las autoridades de control realicen su trabajo y eviten la especulación de los precios de productos de la canasta básica.

Si lo ven por el lado amable, ya era hora de que alguien se asumiera la tarea de tomarlas, por cuanto el tema de subsidios ha venido siendo argumento de cada gobernante y candidato para apoyar su campaña. Y es hora de entender que si se seguían subsidiando los combustibles, ese costo lo cobrarían a través de otra vía, que es lo que siempre ha ocurrido.

Así como ha sido el argumento más usado por todos los que han gobernado o han querido gobernar al Ecuador, también ha sido el arma de la cual se han valido quienes pertenecen al sector de la transportación que por décadas han sido los más beneficiados con los subsidios y se han aprovechado del poder que tienen al manejar la movilidad del pueblo.

Los transportistas nos han demostrado el poco aprecio que le tienen a la vida de las personas, ¿acaso no es frecuente ver cómo dejan víctimas en las carreteras en cada accidente que se produce por la imprudencia de su conducción? Han sido ellos quienes a pesar de los subsidios y ayudas no reconocen el precio de los pasajes a personas de la tercera edad y a niños. Tengamos claro que protestar no es malo, pero aprovecharse de una situación y auspiciar el vandalismo, sí lo es.

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