Redacción QUITO
El caos reina en los alrededores del Consejo Provincial de Pichincha, parque La Alameda, El Ejido y El Arbolito. Cientos de manifestantes se enfrentaron con equipos antimotines de la Policía Nacional que rodearon a los manifestantes utilizando bombas lacrimógenas.
Tanquetas de la fuerza pública fueron apedreadas por jóvenes encapuchados, quienes, en respuesta, recibieron más gas desde el lado de los uniformados.
Los alrededores de la Maternidad Isidro Ayora y el Hospital Militar lucían como un campo de batalla. Piedras sobre la calzada, veredas destrozadas y gente corriendo de un lado a otro, huyendo de los gases tóxicos, fue el panorama que se vivió la tarde y noche en esas casas de salud.
En esta manifestación no participaron grupos de indígenas. Ellos permanecieron concentrados en el parque El Arbolito y alrededores de la Casa de la Cultura. A esta hora todavía se escucha el estruendo provocado por las bombas lacrimógenas con las que la Policía busca dispersar a los manifestantes. Muchos de ellos fueron aprehendidos y otros resultaron afectados por los gases.
Estudiantes de medicina acudían al auxilio de quienes quedaban tendidos con síntomas de asfixia. Ellos se habrían paso entre el túmulo portando banderas blancas que simbolizaban una señal de tregua mientas eran atendidos. (FLC)
Redacción QUITO
El caos reina en los alrededores del Consejo Provincial de Pichincha, parque La Alameda, El Ejido y El Arbolito. Cientos de manifestantes se enfrentaron con equipos antimotines de la Policía Nacional que rodearon a los manifestantes utilizando bombas lacrimógenas.
Tanquetas de la fuerza pública fueron apedreadas por jóvenes encapuchados, quienes, en respuesta, recibieron más gas desde el lado de los uniformados.
Los alrededores de la Maternidad Isidro Ayora y el Hospital Militar lucían como un campo de batalla. Piedras sobre la calzada, veredas destrozadas y gente corriendo de un lado a otro, huyendo de los gases tóxicos, fue el panorama que se vivió la tarde y noche en esas casas de salud.
En esta manifestación no participaron grupos de indígenas. Ellos permanecieron concentrados en el parque El Arbolito y alrededores de la Casa de la Cultura. A esta hora todavía se escucha el estruendo provocado por las bombas lacrimógenas con las que la Policía busca dispersar a los manifestantes. Muchos de ellos fueron aprehendidos y otros resultaron afectados por los gases.
Estudiantes de medicina acudían al auxilio de quienes quedaban tendidos con síntomas de asfixia. Ellos se habrían paso entre el túmulo portando banderas blancas que simbolizaban una señal de tregua mientas eran atendidos. (FLC)
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El caos reina en los alrededores del Consejo Provincial de Pichincha, parque La Alameda, El Ejido y El Arbolito. Cientos de manifestantes se enfrentaron con equipos antimotines de la Policía Nacional que rodearon a los manifestantes utilizando bombas lacrimógenas.
Tanquetas de la fuerza pública fueron apedreadas por jóvenes encapuchados, quienes, en respuesta, recibieron más gas desde el lado de los uniformados.
Los alrededores de la Maternidad Isidro Ayora y el Hospital Militar lucían como un campo de batalla. Piedras sobre la calzada, veredas destrozadas y gente corriendo de un lado a otro, huyendo de los gases tóxicos, fue el panorama que se vivió la tarde y noche en esas casas de salud.
En esta manifestación no participaron grupos de indígenas. Ellos permanecieron concentrados en el parque El Arbolito y alrededores de la Casa de la Cultura. A esta hora todavía se escucha el estruendo provocado por las bombas lacrimógenas con las que la Policía busca dispersar a los manifestantes. Muchos de ellos fueron aprehendidos y otros resultaron afectados por los gases.
Estudiantes de medicina acudían al auxilio de quienes quedaban tendidos con síntomas de asfixia. Ellos se habrían paso entre el túmulo portando banderas blancas que simbolizaban una señal de tregua mientas eran atendidos. (FLC)
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El caos reina en los alrededores del Consejo Provincial de Pichincha, parque La Alameda, El Ejido y El Arbolito. Cientos de manifestantes se enfrentaron con equipos antimotines de la Policía Nacional que rodearon a los manifestantes utilizando bombas lacrimógenas.
Tanquetas de la fuerza pública fueron apedreadas por jóvenes encapuchados, quienes, en respuesta, recibieron más gas desde el lado de los uniformados.
Los alrededores de la Maternidad Isidro Ayora y el Hospital Militar lucían como un campo de batalla. Piedras sobre la calzada, veredas destrozadas y gente corriendo de un lado a otro, huyendo de los gases tóxicos, fue el panorama que se vivió la tarde y noche en esas casas de salud.
En esta manifestación no participaron grupos de indígenas. Ellos permanecieron concentrados en el parque El Arbolito y alrededores de la Casa de la Cultura. A esta hora todavía se escucha el estruendo provocado por las bombas lacrimógenas con las que la Policía busca dispersar a los manifestantes. Muchos de ellos fueron aprehendidos y otros resultaron afectados por los gases.
Estudiantes de medicina acudían al auxilio de quienes quedaban tendidos con síntomas de asfixia. Ellos se habrían paso entre el túmulo portando banderas blancas que simbolizaban una señal de tregua mientas eran atendidos. (FLC)