La libertad en peligro

Rodrigo Contero Peñafiel

Erich Fromm dice: “La abolición de la dominación exterior parecía ser una condición no sólo necesaria, sino también suficiente para alcanzar el objetivo acariciado: la libertad del individuo”. Todos pasamos por momentos de crisis, ingrata experiencia que nos llena de preocupación. Ser libres, cumplir nuestras funciones por voluntad propia, asumir nuestros actos con valor y conciencia de lo que hacemos nos hace autónomos; la libertad implica responsabilidad y no admite ninguna forma de subordinación o sometimiento. Toda crisis que se nos presenta es la oportunidad que tenemos en la vida para reivindicarnos con nosotros mismos y seguir adelante a pesar de las circunstancias. Trazar nuevas estrategias y alternativas para enfrentar otros retos con honor y dignidad nos hace grandes. Vencer el quemeimportismo, el capricho o la demagogia no es tarea fácil, tampoco imposible, pero, encerrarse en sí mismo, descartar el diálogo e imponer condiciones solo ahonda la crisis y se cometen más errores.
Noticias contaminadas, negativas, pesimistas y violentas, impiden pensar y razonar para actuar. En política hay gente perversa que busca imponer sus criterios condicionando nuestra libertad. Un escándalo cubre a otro, una mentira esconde a otra, la estrategia funciona y los problemas se agravan. La perversión se esconde en los grupos sociales con gente nociva especializada en crear conflictos y que solo busca el caos. “No hay problemas pequeños, hay personas pequeñas que crean grandes problemas”. La obsesión por desestabilizar al Gobierno de turno es evidente, existe gente dispuesta para eso.

Quienes nunca supieron administrar con responsabilidad y eficiencia crean el desorden para pretender olvidar la crisis en la que sumieron el país. Protegieron la corrupción en todas sus formas, utilizaron la justicia como instrumento de venganza para perseguir a quienes consideraban sus enemigos. Generar confusión, hacer que el tiempo pase para intentar borrar de la memoria de la gente la barbarie “revolucionaria” y a los que se fugaron con el santo y la limosna, no es tarea fácil, tendrán que rendir cuentas a la justicia y al país.

[email protected]

Rodrigo Contero Peñafiel

Erich Fromm dice: “La abolición de la dominación exterior parecía ser una condición no sólo necesaria, sino también suficiente para alcanzar el objetivo acariciado: la libertad del individuo”. Todos pasamos por momentos de crisis, ingrata experiencia que nos llena de preocupación. Ser libres, cumplir nuestras funciones por voluntad propia, asumir nuestros actos con valor y conciencia de lo que hacemos nos hace autónomos; la libertad implica responsabilidad y no admite ninguna forma de subordinación o sometimiento. Toda crisis que se nos presenta es la oportunidad que tenemos en la vida para reivindicarnos con nosotros mismos y seguir adelante a pesar de las circunstancias. Trazar nuevas estrategias y alternativas para enfrentar otros retos con honor y dignidad nos hace grandes. Vencer el quemeimportismo, el capricho o la demagogia no es tarea fácil, tampoco imposible, pero, encerrarse en sí mismo, descartar el diálogo e imponer condiciones solo ahonda la crisis y se cometen más errores.
Noticias contaminadas, negativas, pesimistas y violentas, impiden pensar y razonar para actuar. En política hay gente perversa que busca imponer sus criterios condicionando nuestra libertad. Un escándalo cubre a otro, una mentira esconde a otra, la estrategia funciona y los problemas se agravan. La perversión se esconde en los grupos sociales con gente nociva especializada en crear conflictos y que solo busca el caos. “No hay problemas pequeños, hay personas pequeñas que crean grandes problemas”. La obsesión por desestabilizar al Gobierno de turno es evidente, existe gente dispuesta para eso.

Quienes nunca supieron administrar con responsabilidad y eficiencia crean el desorden para pretender olvidar la crisis en la que sumieron el país. Protegieron la corrupción en todas sus formas, utilizaron la justicia como instrumento de venganza para perseguir a quienes consideraban sus enemigos. Generar confusión, hacer que el tiempo pase para intentar borrar de la memoria de la gente la barbarie “revolucionaria” y a los que se fugaron con el santo y la limosna, no es tarea fácil, tendrán que rendir cuentas a la justicia y al país.

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Erich Fromm dice: “La abolición de la dominación exterior parecía ser una condición no sólo necesaria, sino también suficiente para alcanzar el objetivo acariciado: la libertad del individuo”. Todos pasamos por momentos de crisis, ingrata experiencia que nos llena de preocupación. Ser libres, cumplir nuestras funciones por voluntad propia, asumir nuestros actos con valor y conciencia de lo que hacemos nos hace autónomos; la libertad implica responsabilidad y no admite ninguna forma de subordinación o sometimiento. Toda crisis que se nos presenta es la oportunidad que tenemos en la vida para reivindicarnos con nosotros mismos y seguir adelante a pesar de las circunstancias. Trazar nuevas estrategias y alternativas para enfrentar otros retos con honor y dignidad nos hace grandes. Vencer el quemeimportismo, el capricho o la demagogia no es tarea fácil, tampoco imposible, pero, encerrarse en sí mismo, descartar el diálogo e imponer condiciones solo ahonda la crisis y se cometen más errores.
Noticias contaminadas, negativas, pesimistas y violentas, impiden pensar y razonar para actuar. En política hay gente perversa que busca imponer sus criterios condicionando nuestra libertad. Un escándalo cubre a otro, una mentira esconde a otra, la estrategia funciona y los problemas se agravan. La perversión se esconde en los grupos sociales con gente nociva especializada en crear conflictos y que solo busca el caos. “No hay problemas pequeños, hay personas pequeñas que crean grandes problemas”. La obsesión por desestabilizar al Gobierno de turno es evidente, existe gente dispuesta para eso.

Quienes nunca supieron administrar con responsabilidad y eficiencia crean el desorden para pretender olvidar la crisis en la que sumieron el país. Protegieron la corrupción en todas sus formas, utilizaron la justicia como instrumento de venganza para perseguir a quienes consideraban sus enemigos. Generar confusión, hacer que el tiempo pase para intentar borrar de la memoria de la gente la barbarie “revolucionaria” y a los que se fugaron con el santo y la limosna, no es tarea fácil, tendrán que rendir cuentas a la justicia y al país.

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Erich Fromm dice: “La abolición de la dominación exterior parecía ser una condición no sólo necesaria, sino también suficiente para alcanzar el objetivo acariciado: la libertad del individuo”. Todos pasamos por momentos de crisis, ingrata experiencia que nos llena de preocupación. Ser libres, cumplir nuestras funciones por voluntad propia, asumir nuestros actos con valor y conciencia de lo que hacemos nos hace autónomos; la libertad implica responsabilidad y no admite ninguna forma de subordinación o sometimiento. Toda crisis que se nos presenta es la oportunidad que tenemos en la vida para reivindicarnos con nosotros mismos y seguir adelante a pesar de las circunstancias. Trazar nuevas estrategias y alternativas para enfrentar otros retos con honor y dignidad nos hace grandes. Vencer el quemeimportismo, el capricho o la demagogia no es tarea fácil, tampoco imposible, pero, encerrarse en sí mismo, descartar el diálogo e imponer condiciones solo ahonda la crisis y se cometen más errores.
Noticias contaminadas, negativas, pesimistas y violentas, impiden pensar y razonar para actuar. En política hay gente perversa que busca imponer sus criterios condicionando nuestra libertad. Un escándalo cubre a otro, una mentira esconde a otra, la estrategia funciona y los problemas se agravan. La perversión se esconde en los grupos sociales con gente nociva especializada en crear conflictos y que solo busca el caos. “No hay problemas pequeños, hay personas pequeñas que crean grandes problemas”. La obsesión por desestabilizar al Gobierno de turno es evidente, existe gente dispuesta para eso.

Quienes nunca supieron administrar con responsabilidad y eficiencia crean el desorden para pretender olvidar la crisis en la que sumieron el país. Protegieron la corrupción en todas sus formas, utilizaron la justicia como instrumento de venganza para perseguir a quienes consideraban sus enemigos. Generar confusión, hacer que el tiempo pase para intentar borrar de la memoria de la gente la barbarie “revolucionaria” y a los que se fugaron con el santo y la limosna, no es tarea fácil, tendrán que rendir cuentas a la justicia y al país.

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