Consecuencias impredecibles

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

El paro más largo que recuerde, está terminando. El país ha perdido incalculables sumas de dinero, cientos de millones de dólares. Las consecuencias socioeconómicas y políticas son de magnitudes sin precedentes. Solo hay perdedores. Las tardías medidas económicas afectan a todos.

La carestía de víveres y los costos de producción que ya eran onerosos, empezaron a subir de manera desproporcionada. La movilización del pueblo indígena ha sacado la cara por toda la sociedad. Tanto así, que Lenín Moreno ha ofrecido un fideicomiso para manejar los recursos que antes eran contrabandeados por nuestras fronteras, sean invertidos en los sectores más vulnerables de la sociedad.

Ahora bien, el Gobierno Nacional se ha mantenido en su posición y los golpistas, capitaneados por el exmandatario, cuya mente no asimila que su mandato terminó; los narcotraficantes que gozaron de un cuasi libertinaje de más de una década y los poderosos contrabandistas de combustibles, parece no haber alcanzado sus objetivos desestabilizadores.

Sin duda, el más importante, fue evitar que continúe el proceso judicial para sentenciar al capo de la corrupción ecuatoriana y que pueda regresar a participar en las ansiadas elecciones anticipadas y regrese al poder, antes que su capital político desaparezca. Porque, increíblemente, todavía hay personas que ingenuamente creen en él. Y en política, todo es posible.

No obstante, salta a la vista que el millón trescientos mil dólares que el Estado va a ahorrar en la importación de combustibles, podrían aun ser de mucha ayuda al pueblo, que atraviesa por una recesión sin precedentes. Definitivamente no es el momento para tomar tan drásticas medidas, solo por pedido del FMI y para pagar la farra correísta.

La situación del pueblo ecuatoriano no está en condiciones de soportar tan duro golpe. Ya observaremos lo que genere la nueva situación socioeconómica del país.

[email protected]

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

El paro más largo que recuerde, está terminando. El país ha perdido incalculables sumas de dinero, cientos de millones de dólares. Las consecuencias socioeconómicas y políticas son de magnitudes sin precedentes. Solo hay perdedores. Las tardías medidas económicas afectan a todos.

La carestía de víveres y los costos de producción que ya eran onerosos, empezaron a subir de manera desproporcionada. La movilización del pueblo indígena ha sacado la cara por toda la sociedad. Tanto así, que Lenín Moreno ha ofrecido un fideicomiso para manejar los recursos que antes eran contrabandeados por nuestras fronteras, sean invertidos en los sectores más vulnerables de la sociedad.

Ahora bien, el Gobierno Nacional se ha mantenido en su posición y los golpistas, capitaneados por el exmandatario, cuya mente no asimila que su mandato terminó; los narcotraficantes que gozaron de un cuasi libertinaje de más de una década y los poderosos contrabandistas de combustibles, parece no haber alcanzado sus objetivos desestabilizadores.

Sin duda, el más importante, fue evitar que continúe el proceso judicial para sentenciar al capo de la corrupción ecuatoriana y que pueda regresar a participar en las ansiadas elecciones anticipadas y regrese al poder, antes que su capital político desaparezca. Porque, increíblemente, todavía hay personas que ingenuamente creen en él. Y en política, todo es posible.

No obstante, salta a la vista que el millón trescientos mil dólares que el Estado va a ahorrar en la importación de combustibles, podrían aun ser de mucha ayuda al pueblo, que atraviesa por una recesión sin precedentes. Definitivamente no es el momento para tomar tan drásticas medidas, solo por pedido del FMI y para pagar la farra correísta.

La situación del pueblo ecuatoriano no está en condiciones de soportar tan duro golpe. Ya observaremos lo que genere la nueva situación socioeconómica del país.

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EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

El paro más largo que recuerde, está terminando. El país ha perdido incalculables sumas de dinero, cientos de millones de dólares. Las consecuencias socioeconómicas y políticas son de magnitudes sin precedentes. Solo hay perdedores. Las tardías medidas económicas afectan a todos.

La carestía de víveres y los costos de producción que ya eran onerosos, empezaron a subir de manera desproporcionada. La movilización del pueblo indígena ha sacado la cara por toda la sociedad. Tanto así, que Lenín Moreno ha ofrecido un fideicomiso para manejar los recursos que antes eran contrabandeados por nuestras fronteras, sean invertidos en los sectores más vulnerables de la sociedad.

Ahora bien, el Gobierno Nacional se ha mantenido en su posición y los golpistas, capitaneados por el exmandatario, cuya mente no asimila que su mandato terminó; los narcotraficantes que gozaron de un cuasi libertinaje de más de una década y los poderosos contrabandistas de combustibles, parece no haber alcanzado sus objetivos desestabilizadores.

Sin duda, el más importante, fue evitar que continúe el proceso judicial para sentenciar al capo de la corrupción ecuatoriana y que pueda regresar a participar en las ansiadas elecciones anticipadas y regrese al poder, antes que su capital político desaparezca. Porque, increíblemente, todavía hay personas que ingenuamente creen en él. Y en política, todo es posible.

No obstante, salta a la vista que el millón trescientos mil dólares que el Estado va a ahorrar en la importación de combustibles, podrían aun ser de mucha ayuda al pueblo, que atraviesa por una recesión sin precedentes. Definitivamente no es el momento para tomar tan drásticas medidas, solo por pedido del FMI y para pagar la farra correísta.

La situación del pueblo ecuatoriano no está en condiciones de soportar tan duro golpe. Ya observaremos lo que genere la nueva situación socioeconómica del país.

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El paro más largo que recuerde, está terminando. El país ha perdido incalculables sumas de dinero, cientos de millones de dólares. Las consecuencias socioeconómicas y políticas son de magnitudes sin precedentes. Solo hay perdedores. Las tardías medidas económicas afectan a todos.

La carestía de víveres y los costos de producción que ya eran onerosos, empezaron a subir de manera desproporcionada. La movilización del pueblo indígena ha sacado la cara por toda la sociedad. Tanto así, que Lenín Moreno ha ofrecido un fideicomiso para manejar los recursos que antes eran contrabandeados por nuestras fronteras, sean invertidos en los sectores más vulnerables de la sociedad.

Ahora bien, el Gobierno Nacional se ha mantenido en su posición y los golpistas, capitaneados por el exmandatario, cuya mente no asimila que su mandato terminó; los narcotraficantes que gozaron de un cuasi libertinaje de más de una década y los poderosos contrabandistas de combustibles, parece no haber alcanzado sus objetivos desestabilizadores.

Sin duda, el más importante, fue evitar que continúe el proceso judicial para sentenciar al capo de la corrupción ecuatoriana y que pueda regresar a participar en las ansiadas elecciones anticipadas y regrese al poder, antes que su capital político desaparezca. Porque, increíblemente, todavía hay personas que ingenuamente creen en él. Y en política, todo es posible.

No obstante, salta a la vista que el millón trescientos mil dólares que el Estado va a ahorrar en la importación de combustibles, podrían aun ser de mucha ayuda al pueblo, que atraviesa por una recesión sin precedentes. Definitivamente no es el momento para tomar tan drásticas medidas, solo por pedido del FMI y para pagar la farra correísta.

La situación del pueblo ecuatoriano no está en condiciones de soportar tan duro golpe. Ya observaremos lo que genere la nueva situación socioeconómica del país.

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