¿Manifestación o terrorismo?

Manuel Salinas Ordóñez

El Ecuador, la semana anterior, fue reconocido a nivel internacional como un país conflictivo y peligroso, se afectó al turismo, al comercio pequeño y mediano. También por el estado de excepción y los toques de queda que se declararon obligaron a la suspensión de eventos culturales y artísticos con millonarias pérdidas para los empresarios y para la sociedad en general. Son solo ejemplos evidentes de lo sucedido.

Pero, ¿qué sucedió en realidad? Al tomarse una medida económica que afectaba en forma directa a los transportistas, decidieron paralizar un servicio público, situación constitucional y legalmente prohibida, ante lo cual en lugar de aplicar la Ley y sancionar la medida ilegal, se elevó el precio de los pasajes del transporte.

Ante esta situación como es lógico, los transportistas declinaron su medida de hecho y varias organizaciones políticas y dignidades políticas invitaron a “manifestar” su oposición a tal medida.

No obstante, lo que se evidenció en las “manifestaciones” fue a personas que robaban electrodomésticos, atentaban contra la propiedad privada y pública y lo hacían con los rostros cubiertos y con armas domésticas que distaba mucho de parecerse a un manifestante popular.

El terrorismo entendido como una forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror; mientras que la manifestación o protesta, es la declaración jurídica que se hace para que asegurar el derecho de una población.

Me atrevo a sostener que no vivimos para nada un clima de protesta, lo que se evidenció es un terrorismo que espero no sea organizado y que no tenga réplicas por falta de acuerdos ulteriores entre el sector indígena y el gobierno.

El cometimiento de los delitos contra la propiedad y contra las personas que se presentaron no debe quedar impune. (O)

[email protected]

Manuel Salinas Ordóñez

El Ecuador, la semana anterior, fue reconocido a nivel internacional como un país conflictivo y peligroso, se afectó al turismo, al comercio pequeño y mediano. También por el estado de excepción y los toques de queda que se declararon obligaron a la suspensión de eventos culturales y artísticos con millonarias pérdidas para los empresarios y para la sociedad en general. Son solo ejemplos evidentes de lo sucedido.

Pero, ¿qué sucedió en realidad? Al tomarse una medida económica que afectaba en forma directa a los transportistas, decidieron paralizar un servicio público, situación constitucional y legalmente prohibida, ante lo cual en lugar de aplicar la Ley y sancionar la medida ilegal, se elevó el precio de los pasajes del transporte.

Ante esta situación como es lógico, los transportistas declinaron su medida de hecho y varias organizaciones políticas y dignidades políticas invitaron a “manifestar” su oposición a tal medida.

No obstante, lo que se evidenció en las “manifestaciones” fue a personas que robaban electrodomésticos, atentaban contra la propiedad privada y pública y lo hacían con los rostros cubiertos y con armas domésticas que distaba mucho de parecerse a un manifestante popular.

El terrorismo entendido como una forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror; mientras que la manifestación o protesta, es la declaración jurídica que se hace para que asegurar el derecho de una población.

Me atrevo a sostener que no vivimos para nada un clima de protesta, lo que se evidenció es un terrorismo que espero no sea organizado y que no tenga réplicas por falta de acuerdos ulteriores entre el sector indígena y el gobierno.

El cometimiento de los delitos contra la propiedad y contra las personas que se presentaron no debe quedar impune. (O)

[email protected]

Manuel Salinas Ordóñez

El Ecuador, la semana anterior, fue reconocido a nivel internacional como un país conflictivo y peligroso, se afectó al turismo, al comercio pequeño y mediano. También por el estado de excepción y los toques de queda que se declararon obligaron a la suspensión de eventos culturales y artísticos con millonarias pérdidas para los empresarios y para la sociedad en general. Son solo ejemplos evidentes de lo sucedido.

Pero, ¿qué sucedió en realidad? Al tomarse una medida económica que afectaba en forma directa a los transportistas, decidieron paralizar un servicio público, situación constitucional y legalmente prohibida, ante lo cual en lugar de aplicar la Ley y sancionar la medida ilegal, se elevó el precio de los pasajes del transporte.

Ante esta situación como es lógico, los transportistas declinaron su medida de hecho y varias organizaciones políticas y dignidades políticas invitaron a “manifestar” su oposición a tal medida.

No obstante, lo que se evidenció en las “manifestaciones” fue a personas que robaban electrodomésticos, atentaban contra la propiedad privada y pública y lo hacían con los rostros cubiertos y con armas domésticas que distaba mucho de parecerse a un manifestante popular.

El terrorismo entendido como una forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror; mientras que la manifestación o protesta, es la declaración jurídica que se hace para que asegurar el derecho de una población.

Me atrevo a sostener que no vivimos para nada un clima de protesta, lo que se evidenció es un terrorismo que espero no sea organizado y que no tenga réplicas por falta de acuerdos ulteriores entre el sector indígena y el gobierno.

El cometimiento de los delitos contra la propiedad y contra las personas que se presentaron no debe quedar impune. (O)

[email protected]

Manuel Salinas Ordóñez

El Ecuador, la semana anterior, fue reconocido a nivel internacional como un país conflictivo y peligroso, se afectó al turismo, al comercio pequeño y mediano. También por el estado de excepción y los toques de queda que se declararon obligaron a la suspensión de eventos culturales y artísticos con millonarias pérdidas para los empresarios y para la sociedad en general. Son solo ejemplos evidentes de lo sucedido.

Pero, ¿qué sucedió en realidad? Al tomarse una medida económica que afectaba en forma directa a los transportistas, decidieron paralizar un servicio público, situación constitucional y legalmente prohibida, ante lo cual en lugar de aplicar la Ley y sancionar la medida ilegal, se elevó el precio de los pasajes del transporte.

Ante esta situación como es lógico, los transportistas declinaron su medida de hecho y varias organizaciones políticas y dignidades políticas invitaron a “manifestar” su oposición a tal medida.

No obstante, lo que se evidenció en las “manifestaciones” fue a personas que robaban electrodomésticos, atentaban contra la propiedad privada y pública y lo hacían con los rostros cubiertos y con armas domésticas que distaba mucho de parecerse a un manifestante popular.

El terrorismo entendido como una forma violenta de lucha política, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror; mientras que la manifestación o protesta, es la declaración jurídica que se hace para que asegurar el derecho de una población.

Me atrevo a sostener que no vivimos para nada un clima de protesta, lo que se evidenció es un terrorismo que espero no sea organizado y que no tenga réplicas por falta de acuerdos ulteriores entre el sector indígena y el gobierno.

El cometimiento de los delitos contra la propiedad y contra las personas que se presentaron no debe quedar impune. (O)

[email protected]