Evo Morales se juega continuidad en peleados comicios y la oposición teme fraude

Una mujer aymara emite su voto durante las elecciones presidenciales, en La Paz, Bolivia, el 20 de octubre de 2019. Foto: AFP.
Una mujer aymara emite su voto durante las elecciones presidenciales, en La Paz, Bolivia, el 20 de octubre de 2019. Foto: AFP.
Una mujer aymara emite su voto durante las elecciones presidenciales, en La Paz, Bolivia, el 20 de octubre de 2019. Foto: AFP.
Una mujer aymara emite su voto durante las elecciones presidenciales, en La Paz, Bolivia, el 20 de octubre de 2019. Foto: AFP.
Una mujer aymara emite su voto durante las elecciones presidenciales, en La Paz, Bolivia, el 20 de octubre de 2019. Foto: AFP.
Una mujer aymara emite su voto durante las elecciones presidenciales, en La Paz, Bolivia, el 20 de octubre de 2019. Foto: AFP.
Una mujer aymara emite su voto durante las elecciones presidenciales, en La Paz, Bolivia, el 20 de octubre de 2019. Foto: AFP.
Una mujer aymara emite su voto durante las elecciones presidenciales, en La Paz, Bolivia, el 20 de octubre de 2019. Foto: AFP.

Los bolivianos participaban este domingo en una jornada electoral en la que decidirán si prolongan hasta 2025 el mandato de Evo Morales, en el poder desde hace 13 años, u optan por cambiar a su primer presidente indígena de izquierda.

Morales parte como favorito por un estrecho margen frente a su principal rival, el expresidente Carlos Mesa, según las encuestas.

Mesa reiteró sus temores de fraude al acudir a votar. «No confío en la transparencia del proceso (electoral), el Tribunal Supremo Electoral nos ha demostrado que es un brazo operativo del gobierno, nuestra desconfianza es muy alta«, afirmó a la prensa tras votar en un barrio en el sur de La Paz.

En el centro de La Paz, a dos calles del palacio presidencial, los electores hacían fila hacia el mediodía en el gimnasio del colegio Santa Ana. Entre ellos Tania Villaroel López, estudiante de ingeniería industrial de 22 años, llegó con su madre, María Cristina, 44 años, y sus dos perros cockers negros.

«Necesitamos conseguir que haya cambio. Creo que cualquier partido, por más bueno que sea, al igual que en cualquier sociedad, si se mantiene por mucho tiempo, se corrompe y eso sucede en nuestro caso», declaró.

Por otro lado, Milton Quispe, estudiante de 30 años, dijo que votaría a «Evo porque se ha ocupado de los pobres. Él ha sabido darnos dignidad», apuntó.

Malestar ciudadano

Morales viene precedido de sus logros sociales y económicos pero también salpicado por escándalos de corrupción y acusaciones de tomar una deriva autoritaria. A diferencia de las tres últimas elecciones desde 2006, esta vez no está cantada una victoria abrumadora para él en primera vuelta.

Tras votar en su reducto cocalero del Chapare, el mandatario expresó su «confianza» y optimismo. «Acabo de sufragar, como me corresponde, y aprovecho esta oportunidad para convocar al pueblo boliviano a participar en esta fiesta democrática», agregó.

Un sondeo de la universidad estatal otorga 32,3% de las preferencias a Morales y 27% a Mesa, lo cual obligaría al mandatario con más tiempo en ejercicio en América Latina a ir a una inédita segunda vuelta.

Mesa es el único candidato de los ocho aspirantes opositores a la presidencia que puede hacer tropezar al mandatario.

Los bolivianos participaban este domingo en una jornada electoral en la que decidirán si prolongan hasta 2025 el mandato de Evo Morales, en el poder desde hace 13 años, u optan por cambiar a su primer presidente indígena de izquierda.

Morales parte como favorito por un estrecho margen frente a su principal rival, el expresidente Carlos Mesa, según las encuestas.

Mesa reiteró sus temores de fraude al acudir a votar. «No confío en la transparencia del proceso (electoral), el Tribunal Supremo Electoral nos ha demostrado que es un brazo operativo del gobierno, nuestra desconfianza es muy alta«, afirmó a la prensa tras votar en un barrio en el sur de La Paz.

En el centro de La Paz, a dos calles del palacio presidencial, los electores hacían fila hacia el mediodía en el gimnasio del colegio Santa Ana. Entre ellos Tania Villaroel López, estudiante de ingeniería industrial de 22 años, llegó con su madre, María Cristina, 44 años, y sus dos perros cockers negros.

«Necesitamos conseguir que haya cambio. Creo que cualquier partido, por más bueno que sea, al igual que en cualquier sociedad, si se mantiene por mucho tiempo, se corrompe y eso sucede en nuestro caso», declaró.

Por otro lado, Milton Quispe, estudiante de 30 años, dijo que votaría a «Evo porque se ha ocupado de los pobres. Él ha sabido darnos dignidad», apuntó.

Malestar ciudadano

Morales viene precedido de sus logros sociales y económicos pero también salpicado por escándalos de corrupción y acusaciones de tomar una deriva autoritaria. A diferencia de las tres últimas elecciones desde 2006, esta vez no está cantada una victoria abrumadora para él en primera vuelta.

Tras votar en su reducto cocalero del Chapare, el mandatario expresó su «confianza» y optimismo. «Acabo de sufragar, como me corresponde, y aprovecho esta oportunidad para convocar al pueblo boliviano a participar en esta fiesta democrática», agregó.

Un sondeo de la universidad estatal otorga 32,3% de las preferencias a Morales y 27% a Mesa, lo cual obligaría al mandatario con más tiempo en ejercicio en América Latina a ir a una inédita segunda vuelta.

Mesa es el único candidato de los ocho aspirantes opositores a la presidencia que puede hacer tropezar al mandatario.

Los bolivianos participaban este domingo en una jornada electoral en la que decidirán si prolongan hasta 2025 el mandato de Evo Morales, en el poder desde hace 13 años, u optan por cambiar a su primer presidente indígena de izquierda.

Morales parte como favorito por un estrecho margen frente a su principal rival, el expresidente Carlos Mesa, según las encuestas.

Mesa reiteró sus temores de fraude al acudir a votar. «No confío en la transparencia del proceso (electoral), el Tribunal Supremo Electoral nos ha demostrado que es un brazo operativo del gobierno, nuestra desconfianza es muy alta«, afirmó a la prensa tras votar en un barrio en el sur de La Paz.

En el centro de La Paz, a dos calles del palacio presidencial, los electores hacían fila hacia el mediodía en el gimnasio del colegio Santa Ana. Entre ellos Tania Villaroel López, estudiante de ingeniería industrial de 22 años, llegó con su madre, María Cristina, 44 años, y sus dos perros cockers negros.

«Necesitamos conseguir que haya cambio. Creo que cualquier partido, por más bueno que sea, al igual que en cualquier sociedad, si se mantiene por mucho tiempo, se corrompe y eso sucede en nuestro caso», declaró.

Por otro lado, Milton Quispe, estudiante de 30 años, dijo que votaría a «Evo porque se ha ocupado de los pobres. Él ha sabido darnos dignidad», apuntó.

Malestar ciudadano

Morales viene precedido de sus logros sociales y económicos pero también salpicado por escándalos de corrupción y acusaciones de tomar una deriva autoritaria. A diferencia de las tres últimas elecciones desde 2006, esta vez no está cantada una victoria abrumadora para él en primera vuelta.

Tras votar en su reducto cocalero del Chapare, el mandatario expresó su «confianza» y optimismo. «Acabo de sufragar, como me corresponde, y aprovecho esta oportunidad para convocar al pueblo boliviano a participar en esta fiesta democrática», agregó.

Un sondeo de la universidad estatal otorga 32,3% de las preferencias a Morales y 27% a Mesa, lo cual obligaría al mandatario con más tiempo en ejercicio en América Latina a ir a una inédita segunda vuelta.

Mesa es el único candidato de los ocho aspirantes opositores a la presidencia que puede hacer tropezar al mandatario.

Los bolivianos participaban este domingo en una jornada electoral en la que decidirán si prolongan hasta 2025 el mandato de Evo Morales, en el poder desde hace 13 años, u optan por cambiar a su primer presidente indígena de izquierda.

Morales parte como favorito por un estrecho margen frente a su principal rival, el expresidente Carlos Mesa, según las encuestas.

Mesa reiteró sus temores de fraude al acudir a votar. «No confío en la transparencia del proceso (electoral), el Tribunal Supremo Electoral nos ha demostrado que es un brazo operativo del gobierno, nuestra desconfianza es muy alta«, afirmó a la prensa tras votar en un barrio en el sur de La Paz.

En el centro de La Paz, a dos calles del palacio presidencial, los electores hacían fila hacia el mediodía en el gimnasio del colegio Santa Ana. Entre ellos Tania Villaroel López, estudiante de ingeniería industrial de 22 años, llegó con su madre, María Cristina, 44 años, y sus dos perros cockers negros.

«Necesitamos conseguir que haya cambio. Creo que cualquier partido, por más bueno que sea, al igual que en cualquier sociedad, si se mantiene por mucho tiempo, se corrompe y eso sucede en nuestro caso», declaró.

Por otro lado, Milton Quispe, estudiante de 30 años, dijo que votaría a «Evo porque se ha ocupado de los pobres. Él ha sabido darnos dignidad», apuntó.

Malestar ciudadano

Morales viene precedido de sus logros sociales y económicos pero también salpicado por escándalos de corrupción y acusaciones de tomar una deriva autoritaria. A diferencia de las tres últimas elecciones desde 2006, esta vez no está cantada una victoria abrumadora para él en primera vuelta.

Tras votar en su reducto cocalero del Chapare, el mandatario expresó su «confianza» y optimismo. «Acabo de sufragar, como me corresponde, y aprovecho esta oportunidad para convocar al pueblo boliviano a participar en esta fiesta democrática», agregó.

Un sondeo de la universidad estatal otorga 32,3% de las preferencias a Morales y 27% a Mesa, lo cual obligaría al mandatario con más tiempo en ejercicio en América Latina a ir a una inédita segunda vuelta.

Mesa es el único candidato de los ocho aspirantes opositores a la presidencia que puede hacer tropezar al mandatario.