Sayamá espera a nuevas culebras para domarlas en Santo Domingo

Poder. Sayamá es uno de los pocos tsáchilas que tiene el don para dominar serpientes.
Poder. Sayamá es uno de los pocos tsáchilas que tiene el don para dominar serpientes.
Poder. Sayamá es uno de los pocos tsáchilas que tiene el don para dominar serpientes.
Poder. Sayamá es uno de los pocos tsáchilas que tiene el don para dominar serpientes.
Poder. Sayamá es uno de los pocos tsáchilas que tiene el don para dominar serpientes.
Poder. Sayamá es uno de los pocos tsáchilas que tiene el don para dominar serpientes.
Poder. Sayamá es uno de los pocos tsáchilas que tiene el don para dominar serpientes.
Poder. Sayamá es uno de los pocos tsáchilas que tiene el don para dominar serpientes.

Redacción SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS

La llegada del invierno tiene diferentes e importantes significados para los miembros de la nacionalidad tsáchila, en especial para aquellos que han heredado y continúan promulgando las principales tradiciones de sus antepasados.

Finales de noviembre e inicios de diciembre son temporadas en las que aumenta el avistamiento de culebras en el territorio de los ‘colorados’; quienes las catalogan como guardianas de los campos energéticos, y las utilizan para llevar a cabo un ritual chamánico para proteger el santuario.

Identificado

A Emilio Calazacón lo conocen como Sayamá, que significa energía y poder. Este apelativo se lo ganó por dedicar parte de su tiempo a la familiarización con las víboras. Esta actividad la realiza hace más de 10 años; la pasión le nació tras haber sido mordido por uno de estos reptiles. “Recuerdo que estaba en el campo cuando ocurrió el percance, pero no pasó a mayores porque mi madre me aplicó un curetaje con plantas medicinales para bloquear el veneno”.

El Dato
Emilio Calazacón habita en la comuna Chigüilpe y es uno de los personajes principales del centro cultural Mushily.La primera experiencia la tuvo con una boa de aproximadamente 3 metros de largo, a la que encontró en el filo del río que baña a la comuna de Chigüilpe. Al principio el miedo lo invadía, pero de a poco se fue acoplando a ella y logró cambiarle el temperamento agresivo; hasta conseguir que las personas puedan colocárselas en sus cuerpos.

De ahí en adelante, investigó sobre las clases de culebras y su nivel de peligrosidad, a tal punto que ahora es un experto y puede reconocerlas a los lejos. Por sus manos han pasado distintos ejemplares más peligrosos como: x, cascabel y la boa.

Redacción SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS

La llegada del invierno tiene diferentes e importantes significados para los miembros de la nacionalidad tsáchila, en especial para aquellos que han heredado y continúan promulgando las principales tradiciones de sus antepasados.

Finales de noviembre e inicios de diciembre son temporadas en las que aumenta el avistamiento de culebras en el territorio de los ‘colorados’; quienes las catalogan como guardianas de los campos energéticos, y las utilizan para llevar a cabo un ritual chamánico para proteger el santuario.

Identificado

A Emilio Calazacón lo conocen como Sayamá, que significa energía y poder. Este apelativo se lo ganó por dedicar parte de su tiempo a la familiarización con las víboras. Esta actividad la realiza hace más de 10 años; la pasión le nació tras haber sido mordido por uno de estos reptiles. “Recuerdo que estaba en el campo cuando ocurrió el percance, pero no pasó a mayores porque mi madre me aplicó un curetaje con plantas medicinales para bloquear el veneno”.

El Dato
Emilio Calazacón habita en la comuna Chigüilpe y es uno de los personajes principales del centro cultural Mushily.La primera experiencia la tuvo con una boa de aproximadamente 3 metros de largo, a la que encontró en el filo del río que baña a la comuna de Chigüilpe. Al principio el miedo lo invadía, pero de a poco se fue acoplando a ella y logró cambiarle el temperamento agresivo; hasta conseguir que las personas puedan colocárselas en sus cuerpos.

De ahí en adelante, investigó sobre las clases de culebras y su nivel de peligrosidad, a tal punto que ahora es un experto y puede reconocerlas a los lejos. Por sus manos han pasado distintos ejemplares más peligrosos como: x, cascabel y la boa.

Redacción SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS

La llegada del invierno tiene diferentes e importantes significados para los miembros de la nacionalidad tsáchila, en especial para aquellos que han heredado y continúan promulgando las principales tradiciones de sus antepasados.

Finales de noviembre e inicios de diciembre son temporadas en las que aumenta el avistamiento de culebras en el territorio de los ‘colorados’; quienes las catalogan como guardianas de los campos energéticos, y las utilizan para llevar a cabo un ritual chamánico para proteger el santuario.

Identificado

A Emilio Calazacón lo conocen como Sayamá, que significa energía y poder. Este apelativo se lo ganó por dedicar parte de su tiempo a la familiarización con las víboras. Esta actividad la realiza hace más de 10 años; la pasión le nació tras haber sido mordido por uno de estos reptiles. “Recuerdo que estaba en el campo cuando ocurrió el percance, pero no pasó a mayores porque mi madre me aplicó un curetaje con plantas medicinales para bloquear el veneno”.

El Dato
Emilio Calazacón habita en la comuna Chigüilpe y es uno de los personajes principales del centro cultural Mushily.La primera experiencia la tuvo con una boa de aproximadamente 3 metros de largo, a la que encontró en el filo del río que baña a la comuna de Chigüilpe. Al principio el miedo lo invadía, pero de a poco se fue acoplando a ella y logró cambiarle el temperamento agresivo; hasta conseguir que las personas puedan colocárselas en sus cuerpos.

De ahí en adelante, investigó sobre las clases de culebras y su nivel de peligrosidad, a tal punto que ahora es un experto y puede reconocerlas a los lejos. Por sus manos han pasado distintos ejemplares más peligrosos como: x, cascabel y la boa.

Redacción SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS

La llegada del invierno tiene diferentes e importantes significados para los miembros de la nacionalidad tsáchila, en especial para aquellos que han heredado y continúan promulgando las principales tradiciones de sus antepasados.

Finales de noviembre e inicios de diciembre son temporadas en las que aumenta el avistamiento de culebras en el territorio de los ‘colorados’; quienes las catalogan como guardianas de los campos energéticos, y las utilizan para llevar a cabo un ritual chamánico para proteger el santuario.

Identificado

A Emilio Calazacón lo conocen como Sayamá, que significa energía y poder. Este apelativo se lo ganó por dedicar parte de su tiempo a la familiarización con las víboras. Esta actividad la realiza hace más de 10 años; la pasión le nació tras haber sido mordido por uno de estos reptiles. “Recuerdo que estaba en el campo cuando ocurrió el percance, pero no pasó a mayores porque mi madre me aplicó un curetaje con plantas medicinales para bloquear el veneno”.

El Dato
Emilio Calazacón habita en la comuna Chigüilpe y es uno de los personajes principales del centro cultural Mushily.La primera experiencia la tuvo con una boa de aproximadamente 3 metros de largo, a la que encontró en el filo del río que baña a la comuna de Chigüilpe. Al principio el miedo lo invadía, pero de a poco se fue acoplando a ella y logró cambiarle el temperamento agresivo; hasta conseguir que las personas puedan colocárselas en sus cuerpos.

De ahí en adelante, investigó sobre las clases de culebras y su nivel de peligrosidad, a tal punto que ahora es un experto y puede reconocerlas a los lejos. Por sus manos han pasado distintos ejemplares más peligrosos como: x, cascabel y la boa.

Elementos. La hoja de campana es clave para trasmitir energías y domesticar a las culebras.
Elementos. La hoja de campana es clave para trasmitir energías y domesticar a las culebras.
Elementos. La hoja de campana es clave para trasmitir energías y domesticar a las culebras.
Elementos. La hoja de campana es clave para trasmitir energías y domesticar a las culebras.
Elementos. La hoja de campana es clave para trasmitir energías y domesticar a las culebras.
Elementos. La hoja de campana es clave para trasmitir energías y domesticar a las culebras.
Elementos. La hoja de campana es clave para trasmitir energías y domesticar a las culebras.
Elementos. La hoja de campana es clave para trasmitir energías y domesticar a las culebras.

Experimentado

Hace tres meses fue la última vez que domó a una culebra, pero sabe que en pocas semanas van a comenzar a llegar a las viviendas. Actualmente, tiene listos los sujetadores para la primera cita con los nuevos reptiles. “Se trata de un bambú largo y una soga que sirve para no lastimarlas a la hora de capturarlas”.

Confiesa que jamás las encierra y que su vinculación con ellas es al aire libre. Cuando está en proceso de entrenamiento, todos los días destina entre 30 a 60 minutos a cada culebra; y hasta la fecha los resultados siempre han sido positivos. “Estoy listo para comenzar a amansarlas. Con las lluvias ellas buscan las casas; por eso las voy a esperar”.

El Dato
Sayamá recalcó que nunca sacrifican a una culebra y que las conservas se realizan después del deceso natural. Para la domesticación usa muchas técnicas que, en su mayoría, prefiere tenerlas en reserva. Sin embargo, reveló que uno de sus mecanismos es a base de la hoja de campana: “Se la machaca bien para flotársela y hacerle oler a la culebra, de esta manera le transmitimos una energía positiva”. Su experiencia le permite decir que con las x no se debe tener confianza, pues es la única a la que no se la amansa al 100%.

El procedimiento con esta especie es el mismo; sin embargo, la diferencia está a la hora del compartimiento mutuo. “La podemos poner en nuestro cuerpo, pero sin soltarle la cabeza porque nos muerde y eso sería mortal, por la potencia de su veneno”, explicó Sayamá. (JD)

Experimentado

Hace tres meses fue la última vez que domó a una culebra, pero sabe que en pocas semanas van a comenzar a llegar a las viviendas. Actualmente, tiene listos los sujetadores para la primera cita con los nuevos reptiles. “Se trata de un bambú largo y una soga que sirve para no lastimarlas a la hora de capturarlas”.

Confiesa que jamás las encierra y que su vinculación con ellas es al aire libre. Cuando está en proceso de entrenamiento, todos los días destina entre 30 a 60 minutos a cada culebra; y hasta la fecha los resultados siempre han sido positivos. “Estoy listo para comenzar a amansarlas. Con las lluvias ellas buscan las casas; por eso las voy a esperar”.

El Dato
Sayamá recalcó que nunca sacrifican a una culebra y que las conservas se realizan después del deceso natural. Para la domesticación usa muchas técnicas que, en su mayoría, prefiere tenerlas en reserva. Sin embargo, reveló que uno de sus mecanismos es a base de la hoja de campana: “Se la machaca bien para flotársela y hacerle oler a la culebra, de esta manera le transmitimos una energía positiva”. Su experiencia le permite decir que con las x no se debe tener confianza, pues es la única a la que no se la amansa al 100%.

El procedimiento con esta especie es el mismo; sin embargo, la diferencia está a la hora del compartimiento mutuo. “La podemos poner en nuestro cuerpo, pero sin soltarle la cabeza porque nos muerde y eso sería mortal, por la potencia de su veneno”, explicó Sayamá. (JD)

Experimentado

Hace tres meses fue la última vez que domó a una culebra, pero sabe que en pocas semanas van a comenzar a llegar a las viviendas. Actualmente, tiene listos los sujetadores para la primera cita con los nuevos reptiles. “Se trata de un bambú largo y una soga que sirve para no lastimarlas a la hora de capturarlas”.

Confiesa que jamás las encierra y que su vinculación con ellas es al aire libre. Cuando está en proceso de entrenamiento, todos los días destina entre 30 a 60 minutos a cada culebra; y hasta la fecha los resultados siempre han sido positivos. “Estoy listo para comenzar a amansarlas. Con las lluvias ellas buscan las casas; por eso las voy a esperar”.

El Dato
Sayamá recalcó que nunca sacrifican a una culebra y que las conservas se realizan después del deceso natural. Para la domesticación usa muchas técnicas que, en su mayoría, prefiere tenerlas en reserva. Sin embargo, reveló que uno de sus mecanismos es a base de la hoja de campana: “Se la machaca bien para flotársela y hacerle oler a la culebra, de esta manera le transmitimos una energía positiva”. Su experiencia le permite decir que con las x no se debe tener confianza, pues es la única a la que no se la amansa al 100%.

El procedimiento con esta especie es el mismo; sin embargo, la diferencia está a la hora del compartimiento mutuo. “La podemos poner en nuestro cuerpo, pero sin soltarle la cabeza porque nos muerde y eso sería mortal, por la potencia de su veneno”, explicó Sayamá. (JD)

Experimentado

Hace tres meses fue la última vez que domó a una culebra, pero sabe que en pocas semanas van a comenzar a llegar a las viviendas. Actualmente, tiene listos los sujetadores para la primera cita con los nuevos reptiles. “Se trata de un bambú largo y una soga que sirve para no lastimarlas a la hora de capturarlas”.

Confiesa que jamás las encierra y que su vinculación con ellas es al aire libre. Cuando está en proceso de entrenamiento, todos los días destina entre 30 a 60 minutos a cada culebra; y hasta la fecha los resultados siempre han sido positivos. “Estoy listo para comenzar a amansarlas. Con las lluvias ellas buscan las casas; por eso las voy a esperar”.

El Dato
Sayamá recalcó que nunca sacrifican a una culebra y que las conservas se realizan después del deceso natural. Para la domesticación usa muchas técnicas que, en su mayoría, prefiere tenerlas en reserva. Sin embargo, reveló que uno de sus mecanismos es a base de la hoja de campana: “Se la machaca bien para flotársela y hacerle oler a la culebra, de esta manera le transmitimos una energía positiva”. Su experiencia le permite decir que con las x no se debe tener confianza, pues es la única a la que no se la amansa al 100%.

El procedimiento con esta especie es el mismo; sin embargo, la diferencia está a la hora del compartimiento mutuo. “La podemos poner en nuestro cuerpo, pero sin soltarle la cabeza porque nos muerde y eso sería mortal, por la potencia de su veneno”, explicó Sayamá. (JD)

Bebida. Una vez que el reptil muere, se procede a realizar la conserva de culebra.
Bebida. Una vez que el reptil muere, se procede a realizar la conserva de culebra.
Bebida. Una vez que el reptil muere, se procede a realizar la conserva de culebra.
Bebida. Una vez que el reptil muere, se procede a realizar la conserva de culebra.
Bebida. Una vez que el reptil muere, se procede a realizar la conserva de culebra.
Bebida. Una vez que el reptil muere, se procede a realizar la conserva de culebra.
Bebida. Una vez que el reptil muere, se procede a realizar la conserva de culebra.
Bebida. Una vez que el reptil muere, se procede a realizar la conserva de culebra.

Alimentación

Los tsáchilas salen al campo a cazar ratones para darles de comer a las culebras; o a su vez las dotan de pollos pequeños. Emilio Calazacón mencionó que solo comen animales vivos, y señaló que deben tener mucho tino para atrapar con sus manos a los roedores, pues si fallan podrían ser atacados con los filosos dientes que poseen.

Bebida

Cuando la serpiente muere, se elabora la conserva, proceso que requiere de un envase de vidrio, en el que se coloca al reptil y una cantidad considerable de aguardiente. Después de permanecer en reposo, mínimo un año, se la puede consumir en pequeñas dosis como una bebida energética.

Alimentación

Los tsáchilas salen al campo a cazar ratones para darles de comer a las culebras; o a su vez las dotan de pollos pequeños. Emilio Calazacón mencionó que solo comen animales vivos, y señaló que deben tener mucho tino para atrapar con sus manos a los roedores, pues si fallan podrían ser atacados con los filosos dientes que poseen.

Bebida

Cuando la serpiente muere, se elabora la conserva, proceso que requiere de un envase de vidrio, en el que se coloca al reptil y una cantidad considerable de aguardiente. Después de permanecer en reposo, mínimo un año, se la puede consumir en pequeñas dosis como una bebida energética.

Alimentación

Los tsáchilas salen al campo a cazar ratones para darles de comer a las culebras; o a su vez las dotan de pollos pequeños. Emilio Calazacón mencionó que solo comen animales vivos, y señaló que deben tener mucho tino para atrapar con sus manos a los roedores, pues si fallan podrían ser atacados con los filosos dientes que poseen.

Bebida

Cuando la serpiente muere, se elabora la conserva, proceso que requiere de un envase de vidrio, en el que se coloca al reptil y una cantidad considerable de aguardiente. Después de permanecer en reposo, mínimo un año, se la puede consumir en pequeñas dosis como una bebida energética.

Alimentación

Los tsáchilas salen al campo a cazar ratones para darles de comer a las culebras; o a su vez las dotan de pollos pequeños. Emilio Calazacón mencionó que solo comen animales vivos, y señaló que deben tener mucho tino para atrapar con sus manos a los roedores, pues si fallan podrían ser atacados con los filosos dientes que poseen.

Bebida

Cuando la serpiente muere, se elabora la conserva, proceso que requiere de un envase de vidrio, en el que se coloca al reptil y una cantidad considerable de aguardiente. Después de permanecer en reposo, mínimo un año, se la puede consumir en pequeñas dosis como una bebida energética.