Tamaña y sistemática insensatez

La crisis del Cono Sur, de la que son responsables regímenes que van de la derecha a la izquierda, en Ecuador se logró contener, por el momento. Se agudiza y desborda en Chile, antaño modelo de crecimiento económico del continente. Costosos servicios de salud y educación, una seguridad social ajena a las realidades del país, así como un reparto desigual de la riqueza, son sus detonantes.

Los sucesivos gobiernos, sin embargo, dejaron de actuar racionalmente, dando la espalda al principio de la defensa del bien colectivo, y al sentido común. Echaron mano a lo “políticamente correcto”, ocultando la verdad de los hechos. La falta de honestidad de las clases dirigentes y los notables déficit de justicia afloran en este desborde incontrolable de masas. Heridas en el tejido social de nuestro países, muy difíciles de sanar

La violencia ha dado al traste con la manera de hacer política y de conducir la economía. Tamaña y sistemática insensatez nos está pasando factura. Un escenario ideal para el oportunismo de cualquier color y la puesta en práctica de estrategias supranacionales, con las que sistemas políticos fracasados y dictatoriales quieren escudarse, justificarse y perdurar.

Mirar atentamente (y con sentido autocrítico) lo que sucede en Chile, puede ayudar al Gobierno y a las clases dirigentes ecuatorianas a recomponer sus brújulas. Ni el Ejecutivo ni el Legislativo, menos la Función Judicial, deben dejar de sacar lecciones de este caso, que parece una réplica en grande de nuestros once días trágicos ya vividos. Tampoco el movimiento indígena y las centrales sindicales deben pasarlo por alto.


Estar preparado es importante, esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave”. Arthur Schnitzler. Dramaturgo austríaco (1862-1931)
La más peligrosa de todas las debilidades es el temor de parecer débil”. Jacques Benigne Bossuet Clérigo católico francés y escritor (1627-1704)

La crisis del Cono Sur, de la que son responsables regímenes que van de la derecha a la izquierda, en Ecuador se logró contener, por el momento. Se agudiza y desborda en Chile, antaño modelo de crecimiento económico del continente. Costosos servicios de salud y educación, una seguridad social ajena a las realidades del país, así como un reparto desigual de la riqueza, son sus detonantes.

Los sucesivos gobiernos, sin embargo, dejaron de actuar racionalmente, dando la espalda al principio de la defensa del bien colectivo, y al sentido común. Echaron mano a lo “políticamente correcto”, ocultando la verdad de los hechos. La falta de honestidad de las clases dirigentes y los notables déficit de justicia afloran en este desborde incontrolable de masas. Heridas en el tejido social de nuestro países, muy difíciles de sanar

La violencia ha dado al traste con la manera de hacer política y de conducir la economía. Tamaña y sistemática insensatez nos está pasando factura. Un escenario ideal para el oportunismo de cualquier color y la puesta en práctica de estrategias supranacionales, con las que sistemas políticos fracasados y dictatoriales quieren escudarse, justificarse y perdurar.

Mirar atentamente (y con sentido autocrítico) lo que sucede en Chile, puede ayudar al Gobierno y a las clases dirigentes ecuatorianas a recomponer sus brújulas. Ni el Ejecutivo ni el Legislativo, menos la Función Judicial, deben dejar de sacar lecciones de este caso, que parece una réplica en grande de nuestros once días trágicos ya vividos. Tampoco el movimiento indígena y las centrales sindicales deben pasarlo por alto.


Estar preparado es importante, esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave”. Arthur Schnitzler. Dramaturgo austríaco (1862-1931)
La más peligrosa de todas las debilidades es el temor de parecer débil”. Jacques Benigne Bossuet Clérigo católico francés y escritor (1627-1704)

La crisis del Cono Sur, de la que son responsables regímenes que van de la derecha a la izquierda, en Ecuador se logró contener, por el momento. Se agudiza y desborda en Chile, antaño modelo de crecimiento económico del continente. Costosos servicios de salud y educación, una seguridad social ajena a las realidades del país, así como un reparto desigual de la riqueza, son sus detonantes.

Los sucesivos gobiernos, sin embargo, dejaron de actuar racionalmente, dando la espalda al principio de la defensa del bien colectivo, y al sentido común. Echaron mano a lo “políticamente correcto”, ocultando la verdad de los hechos. La falta de honestidad de las clases dirigentes y los notables déficit de justicia afloran en este desborde incontrolable de masas. Heridas en el tejido social de nuestro países, muy difíciles de sanar

La violencia ha dado al traste con la manera de hacer política y de conducir la economía. Tamaña y sistemática insensatez nos está pasando factura. Un escenario ideal para el oportunismo de cualquier color y la puesta en práctica de estrategias supranacionales, con las que sistemas políticos fracasados y dictatoriales quieren escudarse, justificarse y perdurar.

Mirar atentamente (y con sentido autocrítico) lo que sucede en Chile, puede ayudar al Gobierno y a las clases dirigentes ecuatorianas a recomponer sus brújulas. Ni el Ejecutivo ni el Legislativo, menos la Función Judicial, deben dejar de sacar lecciones de este caso, que parece una réplica en grande de nuestros once días trágicos ya vividos. Tampoco el movimiento indígena y las centrales sindicales deben pasarlo por alto.


Estar preparado es importante, esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave”. Arthur Schnitzler. Dramaturgo austríaco (1862-1931)
La más peligrosa de todas las debilidades es el temor de parecer débil”. Jacques Benigne Bossuet Clérigo católico francés y escritor (1627-1704)

La crisis del Cono Sur, de la que son responsables regímenes que van de la derecha a la izquierda, en Ecuador se logró contener, por el momento. Se agudiza y desborda en Chile, antaño modelo de crecimiento económico del continente. Costosos servicios de salud y educación, una seguridad social ajena a las realidades del país, así como un reparto desigual de la riqueza, son sus detonantes.

Los sucesivos gobiernos, sin embargo, dejaron de actuar racionalmente, dando la espalda al principio de la defensa del bien colectivo, y al sentido común. Echaron mano a lo “políticamente correcto”, ocultando la verdad de los hechos. La falta de honestidad de las clases dirigentes y los notables déficit de justicia afloran en este desborde incontrolable de masas. Heridas en el tejido social de nuestro países, muy difíciles de sanar

La violencia ha dado al traste con la manera de hacer política y de conducir la economía. Tamaña y sistemática insensatez nos está pasando factura. Un escenario ideal para el oportunismo de cualquier color y la puesta en práctica de estrategias supranacionales, con las que sistemas políticos fracasados y dictatoriales quieren escudarse, justificarse y perdurar.

Mirar atentamente (y con sentido autocrítico) lo que sucede en Chile, puede ayudar al Gobierno y a las clases dirigentes ecuatorianas a recomponer sus brújulas. Ni el Ejecutivo ni el Legislativo, menos la Función Judicial, deben dejar de sacar lecciones de este caso, que parece una réplica en grande de nuestros once días trágicos ya vividos. Tampoco el movimiento indígena y las centrales sindicales deben pasarlo por alto.


Estar preparado es importante, esperar lo es aún más, pero aprovechar el momento adecuado es la clave”. Arthur Schnitzler. Dramaturgo austríaco (1862-1931)
La más peligrosa de todas las debilidades es el temor de parecer débil”. Jacques Benigne Bossuet Clérigo católico francés y escritor (1627-1704)