Día del servidor judicial

MESÍAS MESTANZA SOLANO

La justicia ecuatoriana considerada como el supremo ideal que consiste en esa voluntad firme e inquebrantable de dar a cada quien lo que le corresponde por parte del juzgador probo, honrado, recto y sobre todo de sabios conocimientos sólo se fundamentará en la realidad histórica de los hechos, sincronizada con las pruebas recogidas por las partes procesales bajo los principios constitucionales de independencia e imparcialidad y más leyes de la República, así como de los Tratados y Convenios Internacionales de Derechos Humanos llegará a feliz término cuando los operadores de justicia se hayan unido como en efecto lo hacen para formar los expedientes que contienen una serie de elementos y pruebas recolectados con un celo de guardián, porque ellos contendrán los derechos que el juzgador declarará en favor del usuario de justicia.

Ahora bien, todos los gremios han designado un día de cada año para celebrar y festejar a sus miembros que laboran incansables en favor de la sociedad civil, motivo suficiente para que cada 24 de Octubre se rinda justo homenaje al servidor judicial que es un pilar fundamental de la justicia; pues jueces, fiscales, defensores públicos, coordinadores y más personal administrativo aúnan un gran esfuerzo intelectual para satisfacer los requerimientos del usuario y contribuir de una u otra manera a la paz social que hoy más que nunca lo necesitamos; hemos de entender que el servidor judicial cumple una labor tan sensible, cuyo despacho tiene que ser diligente, oportuno, técnico y matemático en los plazos y términos, cuya labor se dice de nombre que hay que cumplirlo en cada judicatura, pero esto no es tan cierto, porque el operador de justicia, muchas veces lo hace hasta en su casa y en días de descanso, donde su familia hasta queda en segundo plano, toda vez las leyes avanzan conforme lo hace la sociedad, y, el servidor judicial está obligado a ponerse al día en las reformas legales para constribuir con el debido proceso; pues hay que considerar que cada patrocinador parece que tiene la razón, lo que motiva la preocupación del servidor judicial que tiene que decidir en puro derecho. Entonces, desde esta columna rindo un justo homenaje aquel servidor judicial que se sacrifica diariamente para que la paz social llegue al usuario de la justicia.

[email protected]

MESÍAS MESTANZA SOLANO

La justicia ecuatoriana considerada como el supremo ideal que consiste en esa voluntad firme e inquebrantable de dar a cada quien lo que le corresponde por parte del juzgador probo, honrado, recto y sobre todo de sabios conocimientos sólo se fundamentará en la realidad histórica de los hechos, sincronizada con las pruebas recogidas por las partes procesales bajo los principios constitucionales de independencia e imparcialidad y más leyes de la República, así como de los Tratados y Convenios Internacionales de Derechos Humanos llegará a feliz término cuando los operadores de justicia se hayan unido como en efecto lo hacen para formar los expedientes que contienen una serie de elementos y pruebas recolectados con un celo de guardián, porque ellos contendrán los derechos que el juzgador declarará en favor del usuario de justicia.

Ahora bien, todos los gremios han designado un día de cada año para celebrar y festejar a sus miembros que laboran incansables en favor de la sociedad civil, motivo suficiente para que cada 24 de Octubre se rinda justo homenaje al servidor judicial que es un pilar fundamental de la justicia; pues jueces, fiscales, defensores públicos, coordinadores y más personal administrativo aúnan un gran esfuerzo intelectual para satisfacer los requerimientos del usuario y contribuir de una u otra manera a la paz social que hoy más que nunca lo necesitamos; hemos de entender que el servidor judicial cumple una labor tan sensible, cuyo despacho tiene que ser diligente, oportuno, técnico y matemático en los plazos y términos, cuya labor se dice de nombre que hay que cumplirlo en cada judicatura, pero esto no es tan cierto, porque el operador de justicia, muchas veces lo hace hasta en su casa y en días de descanso, donde su familia hasta queda en segundo plano, toda vez las leyes avanzan conforme lo hace la sociedad, y, el servidor judicial está obligado a ponerse al día en las reformas legales para constribuir con el debido proceso; pues hay que considerar que cada patrocinador parece que tiene la razón, lo que motiva la preocupación del servidor judicial que tiene que decidir en puro derecho. Entonces, desde esta columna rindo un justo homenaje aquel servidor judicial que se sacrifica diariamente para que la paz social llegue al usuario de la justicia.

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La justicia ecuatoriana considerada como el supremo ideal que consiste en esa voluntad firme e inquebrantable de dar a cada quien lo que le corresponde por parte del juzgador probo, honrado, recto y sobre todo de sabios conocimientos sólo se fundamentará en la realidad histórica de los hechos, sincronizada con las pruebas recogidas por las partes procesales bajo los principios constitucionales de independencia e imparcialidad y más leyes de la República, así como de los Tratados y Convenios Internacionales de Derechos Humanos llegará a feliz término cuando los operadores de justicia se hayan unido como en efecto lo hacen para formar los expedientes que contienen una serie de elementos y pruebas recolectados con un celo de guardián, porque ellos contendrán los derechos que el juzgador declarará en favor del usuario de justicia.

Ahora bien, todos los gremios han designado un día de cada año para celebrar y festejar a sus miembros que laboran incansables en favor de la sociedad civil, motivo suficiente para que cada 24 de Octubre se rinda justo homenaje al servidor judicial que es un pilar fundamental de la justicia; pues jueces, fiscales, defensores públicos, coordinadores y más personal administrativo aúnan un gran esfuerzo intelectual para satisfacer los requerimientos del usuario y contribuir de una u otra manera a la paz social que hoy más que nunca lo necesitamos; hemos de entender que el servidor judicial cumple una labor tan sensible, cuyo despacho tiene que ser diligente, oportuno, técnico y matemático en los plazos y términos, cuya labor se dice de nombre que hay que cumplirlo en cada judicatura, pero esto no es tan cierto, porque el operador de justicia, muchas veces lo hace hasta en su casa y en días de descanso, donde su familia hasta queda en segundo plano, toda vez las leyes avanzan conforme lo hace la sociedad, y, el servidor judicial está obligado a ponerse al día en las reformas legales para constribuir con el debido proceso; pues hay que considerar que cada patrocinador parece que tiene la razón, lo que motiva la preocupación del servidor judicial que tiene que decidir en puro derecho. Entonces, desde esta columna rindo un justo homenaje aquel servidor judicial que se sacrifica diariamente para que la paz social llegue al usuario de la justicia.

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La justicia ecuatoriana considerada como el supremo ideal que consiste en esa voluntad firme e inquebrantable de dar a cada quien lo que le corresponde por parte del juzgador probo, honrado, recto y sobre todo de sabios conocimientos sólo se fundamentará en la realidad histórica de los hechos, sincronizada con las pruebas recogidas por las partes procesales bajo los principios constitucionales de independencia e imparcialidad y más leyes de la República, así como de los Tratados y Convenios Internacionales de Derechos Humanos llegará a feliz término cuando los operadores de justicia se hayan unido como en efecto lo hacen para formar los expedientes que contienen una serie de elementos y pruebas recolectados con un celo de guardián, porque ellos contendrán los derechos que el juzgador declarará en favor del usuario de justicia.

Ahora bien, todos los gremios han designado un día de cada año para celebrar y festejar a sus miembros que laboran incansables en favor de la sociedad civil, motivo suficiente para que cada 24 de Octubre se rinda justo homenaje al servidor judicial que es un pilar fundamental de la justicia; pues jueces, fiscales, defensores públicos, coordinadores y más personal administrativo aúnan un gran esfuerzo intelectual para satisfacer los requerimientos del usuario y contribuir de una u otra manera a la paz social que hoy más que nunca lo necesitamos; hemos de entender que el servidor judicial cumple una labor tan sensible, cuyo despacho tiene que ser diligente, oportuno, técnico y matemático en los plazos y términos, cuya labor se dice de nombre que hay que cumplirlo en cada judicatura, pero esto no es tan cierto, porque el operador de justicia, muchas veces lo hace hasta en su casa y en días de descanso, donde su familia hasta queda en segundo plano, toda vez las leyes avanzan conforme lo hace la sociedad, y, el servidor judicial está obligado a ponerse al día en las reformas legales para constribuir con el debido proceso; pues hay que considerar que cada patrocinador parece que tiene la razón, lo que motiva la preocupación del servidor judicial que tiene que decidir en puro derecho. Entonces, desde esta columna rindo un justo homenaje aquel servidor judicial que se sacrifica diariamente para que la paz social llegue al usuario de la justicia.

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