No cobro pensión como expresidenta

Rosalía Arteaga Serrano

Se ha exacerbado en las redes sociales un comentario falso, y es el que después de pocos días en la presidencia de la república, yo cobro una pensión como ex Presidenta del Ecuador. Esta es una noticia falsa, que me veo obligada a desmentir, por lo reiterativo de los comentarios.

Luego del golpe de Estado que sufrí en 1997, cuando se perjudicó al país impidiéndome ejercer las funciones que por Ley me correspondían, pude haber demandado al Estado ante la CIDH, y haber reclamado una indemnización económica. No lo hice por pensar que los ecuatorianos no tenemos por qué pagar por los errores de la clase política.

Después de mi retiro de la política en 1998, trabajo en temas de educación, formación de maestros y el estímulo a su trabajo sacrificado. Estas actividades las ejecuto al frente de Fundación Fidal, una organización no gubernamental sin fines de lucro, por más de 20 años, sin recibir ninguna remuneración. También capacitamos a los jóvenes en la Escuela de Liderazgo del Centro de Formación para el Futuro.

Con frecuencia dicto conferencias en universidades, colegios, centros de estudios, grupos de mujeres, jóvenes y maestros, sin recibir honorarios. Lo hago para servir desde mi experiencia y compartir conocimientos adquiridos.

Recibo una pensión como exvicepresidenta, que me permite hacer ese voluntariado con pasión y dedicación, sin mirar horarios, ni tiempos, ni sacrificios. En los viajes al exterior represento a mi país con dignidad; la bandera ecuatoriana se enarbola en las más diversas latitudes por mi presencia en foros, seminarios y congresos. Tampoco recibo remuneración alguna.

Hago estas precisiones, por el respeto que merecen mis conciudadanos. No estoy dispuesta a polemizar, ni a contestar réplicas que no se enmarquen en la decencia y del decoro.

[email protected]

Rosalía Arteaga Serrano

Se ha exacerbado en las redes sociales un comentario falso, y es el que después de pocos días en la presidencia de la república, yo cobro una pensión como ex Presidenta del Ecuador. Esta es una noticia falsa, que me veo obligada a desmentir, por lo reiterativo de los comentarios.

Luego del golpe de Estado que sufrí en 1997, cuando se perjudicó al país impidiéndome ejercer las funciones que por Ley me correspondían, pude haber demandado al Estado ante la CIDH, y haber reclamado una indemnización económica. No lo hice por pensar que los ecuatorianos no tenemos por qué pagar por los errores de la clase política.

Después de mi retiro de la política en 1998, trabajo en temas de educación, formación de maestros y el estímulo a su trabajo sacrificado. Estas actividades las ejecuto al frente de Fundación Fidal, una organización no gubernamental sin fines de lucro, por más de 20 años, sin recibir ninguna remuneración. También capacitamos a los jóvenes en la Escuela de Liderazgo del Centro de Formación para el Futuro.

Con frecuencia dicto conferencias en universidades, colegios, centros de estudios, grupos de mujeres, jóvenes y maestros, sin recibir honorarios. Lo hago para servir desde mi experiencia y compartir conocimientos adquiridos.

Recibo una pensión como exvicepresidenta, que me permite hacer ese voluntariado con pasión y dedicación, sin mirar horarios, ni tiempos, ni sacrificios. En los viajes al exterior represento a mi país con dignidad; la bandera ecuatoriana se enarbola en las más diversas latitudes por mi presencia en foros, seminarios y congresos. Tampoco recibo remuneración alguna.

Hago estas precisiones, por el respeto que merecen mis conciudadanos. No estoy dispuesta a polemizar, ni a contestar réplicas que no se enmarquen en la decencia y del decoro.

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Rosalía Arteaga Serrano

Se ha exacerbado en las redes sociales un comentario falso, y es el que después de pocos días en la presidencia de la república, yo cobro una pensión como ex Presidenta del Ecuador. Esta es una noticia falsa, que me veo obligada a desmentir, por lo reiterativo de los comentarios.

Luego del golpe de Estado que sufrí en 1997, cuando se perjudicó al país impidiéndome ejercer las funciones que por Ley me correspondían, pude haber demandado al Estado ante la CIDH, y haber reclamado una indemnización económica. No lo hice por pensar que los ecuatorianos no tenemos por qué pagar por los errores de la clase política.

Después de mi retiro de la política en 1998, trabajo en temas de educación, formación de maestros y el estímulo a su trabajo sacrificado. Estas actividades las ejecuto al frente de Fundación Fidal, una organización no gubernamental sin fines de lucro, por más de 20 años, sin recibir ninguna remuneración. También capacitamos a los jóvenes en la Escuela de Liderazgo del Centro de Formación para el Futuro.

Con frecuencia dicto conferencias en universidades, colegios, centros de estudios, grupos de mujeres, jóvenes y maestros, sin recibir honorarios. Lo hago para servir desde mi experiencia y compartir conocimientos adquiridos.

Recibo una pensión como exvicepresidenta, que me permite hacer ese voluntariado con pasión y dedicación, sin mirar horarios, ni tiempos, ni sacrificios. En los viajes al exterior represento a mi país con dignidad; la bandera ecuatoriana se enarbola en las más diversas latitudes por mi presencia en foros, seminarios y congresos. Tampoco recibo remuneración alguna.

Hago estas precisiones, por el respeto que merecen mis conciudadanos. No estoy dispuesta a polemizar, ni a contestar réplicas que no se enmarquen en la decencia y del decoro.

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Se ha exacerbado en las redes sociales un comentario falso, y es el que después de pocos días en la presidencia de la república, yo cobro una pensión como ex Presidenta del Ecuador. Esta es una noticia falsa, que me veo obligada a desmentir, por lo reiterativo de los comentarios.

Luego del golpe de Estado que sufrí en 1997, cuando se perjudicó al país impidiéndome ejercer las funciones que por Ley me correspondían, pude haber demandado al Estado ante la CIDH, y haber reclamado una indemnización económica. No lo hice por pensar que los ecuatorianos no tenemos por qué pagar por los errores de la clase política.

Después de mi retiro de la política en 1998, trabajo en temas de educación, formación de maestros y el estímulo a su trabajo sacrificado. Estas actividades las ejecuto al frente de Fundación Fidal, una organización no gubernamental sin fines de lucro, por más de 20 años, sin recibir ninguna remuneración. También capacitamos a los jóvenes en la Escuela de Liderazgo del Centro de Formación para el Futuro.

Con frecuencia dicto conferencias en universidades, colegios, centros de estudios, grupos de mujeres, jóvenes y maestros, sin recibir honorarios. Lo hago para servir desde mi experiencia y compartir conocimientos adquiridos.

Recibo una pensión como exvicepresidenta, que me permite hacer ese voluntariado con pasión y dedicación, sin mirar horarios, ni tiempos, ni sacrificios. En los viajes al exterior represento a mi país con dignidad; la bandera ecuatoriana se enarbola en las más diversas latitudes por mi presencia en foros, seminarios y congresos. Tampoco recibo remuneración alguna.

Hago estas precisiones, por el respeto que merecen mis conciudadanos. No estoy dispuesta a polemizar, ni a contestar réplicas que no se enmarquen en la decencia y del decoro.

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