Explosión social y gobernabilidad

EDUARDO TABÁREZ RAMÍREZ

Culminadas las protestas en nuestro país casi que de inmediato se activan las protestas en otros países de la región, todos coinciden en que buscan disminuir la inequidad social, además, de otras aspiraciones no atendidas; ¿coincidencias o plan de acción regional? Prefiero sustentar el titular de este artículo.

Lo que se observa no es más que el despertar colectivo ante tanta desigualdad social, tanto se comenta y ponemos de ejemplo de modelos de economía de otros países, al parecer esto no ha sido como se suponía, una vez más queda demostrado que anunciar medidas de recaudación como el incremento de los servicios públicos donde se afecta a los más vulnerables, es el cántaro que derrama el vaso, salen a flotes muchos otros reclamos represados en la angustia interna de la gente.

Las sociedades modelos son escasas, estas terminan de serlo cuando las necesidades no satisfechas se vuelven insostenibles, el malestar se agiganta cuando le brecha social se hace más visible, todo tiene un resultado al final del camino, se termina el sueño cuando despertamos a la realidad y sentimos que la ss » tan socorridos y a dolorido ábana ya no nos cobija, el frío se hace presente y empieza la búsqueda de abrigo, esto último se llama explosión social canalizada en reclamos.

Así la gobernabilidad debe ser entendida como “un estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad del sistema político, involucrando acuerdos básicos entre las élites de dirigentes en torno a tres ámbitos principales: 1) El nivel de la cultura política, 2) El nivel de las reglas e instituciones del juego político, y, 3) Acuerdos en torno al papel del Estado y sus políticas públicas estratégicas.

No es gobernabilidad cuando la bonanza producto de los ingresos permite sin contratiempos solventar los egresos corrientes y gastos de inversión, sin que se guarden recursos para los tiempos de las vacas flacas; tampoco es el apalancamiento (préstamo) que permite continuar bajo el sofisma mental de que todo está perfecto y continúa el gasto desmedido, esto es pan para hoy y hambre para el mañana.

La gobernabilidad tendrá un efecto positivo si la conexión del gobernante sea incluyente, cuando la visión social sea observada en un contexto amplio que conlleve un efecto multiplicador con un resultado mayor a la suma, que dos más dos sean seis y no cuatro.

Siempre es cómodo criticar cuando no estamos acostumbrados al sacrificio, el camino del facilismo tiene su génesis en el populismo económico de todas las vertientes ideológicas.

[email protected]

EDUARDO TABÁREZ RAMÍREZ

Culminadas las protestas en nuestro país casi que de inmediato se activan las protestas en otros países de la región, todos coinciden en que buscan disminuir la inequidad social, además, de otras aspiraciones no atendidas; ¿coincidencias o plan de acción regional? Prefiero sustentar el titular de este artículo.

Lo que se observa no es más que el despertar colectivo ante tanta desigualdad social, tanto se comenta y ponemos de ejemplo de modelos de economía de otros países, al parecer esto no ha sido como se suponía, una vez más queda demostrado que anunciar medidas de recaudación como el incremento de los servicios públicos donde se afecta a los más vulnerables, es el cántaro que derrama el vaso, salen a flotes muchos otros reclamos represados en la angustia interna de la gente.

Las sociedades modelos son escasas, estas terminan de serlo cuando las necesidades no satisfechas se vuelven insostenibles, el malestar se agiganta cuando le brecha social se hace más visible, todo tiene un resultado al final del camino, se termina el sueño cuando despertamos a la realidad y sentimos que la ss » tan socorridos y a dolorido ábana ya no nos cobija, el frío se hace presente y empieza la búsqueda de abrigo, esto último se llama explosión social canalizada en reclamos.

Así la gobernabilidad debe ser entendida como “un estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad del sistema político, involucrando acuerdos básicos entre las élites de dirigentes en torno a tres ámbitos principales: 1) El nivel de la cultura política, 2) El nivel de las reglas e instituciones del juego político, y, 3) Acuerdos en torno al papel del Estado y sus políticas públicas estratégicas.

No es gobernabilidad cuando la bonanza producto de los ingresos permite sin contratiempos solventar los egresos corrientes y gastos de inversión, sin que se guarden recursos para los tiempos de las vacas flacas; tampoco es el apalancamiento (préstamo) que permite continuar bajo el sofisma mental de que todo está perfecto y continúa el gasto desmedido, esto es pan para hoy y hambre para el mañana.

La gobernabilidad tendrá un efecto positivo si la conexión del gobernante sea incluyente, cuando la visión social sea observada en un contexto amplio que conlleve un efecto multiplicador con un resultado mayor a la suma, que dos más dos sean seis y no cuatro.

Siempre es cómodo criticar cuando no estamos acostumbrados al sacrificio, el camino del facilismo tiene su génesis en el populismo económico de todas las vertientes ideológicas.

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EDUARDO TABÁREZ RAMÍREZ

Culminadas las protestas en nuestro país casi que de inmediato se activan las protestas en otros países de la región, todos coinciden en que buscan disminuir la inequidad social, además, de otras aspiraciones no atendidas; ¿coincidencias o plan de acción regional? Prefiero sustentar el titular de este artículo.

Lo que se observa no es más que el despertar colectivo ante tanta desigualdad social, tanto se comenta y ponemos de ejemplo de modelos de economía de otros países, al parecer esto no ha sido como se suponía, una vez más queda demostrado que anunciar medidas de recaudación como el incremento de los servicios públicos donde se afecta a los más vulnerables, es el cántaro que derrama el vaso, salen a flotes muchos otros reclamos represados en la angustia interna de la gente.

Las sociedades modelos son escasas, estas terminan de serlo cuando las necesidades no satisfechas se vuelven insostenibles, el malestar se agiganta cuando le brecha social se hace más visible, todo tiene un resultado al final del camino, se termina el sueño cuando despertamos a la realidad y sentimos que la ss » tan socorridos y a dolorido ábana ya no nos cobija, el frío se hace presente y empieza la búsqueda de abrigo, esto último se llama explosión social canalizada en reclamos.

Así la gobernabilidad debe ser entendida como “un estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad del sistema político, involucrando acuerdos básicos entre las élites de dirigentes en torno a tres ámbitos principales: 1) El nivel de la cultura política, 2) El nivel de las reglas e instituciones del juego político, y, 3) Acuerdos en torno al papel del Estado y sus políticas públicas estratégicas.

No es gobernabilidad cuando la bonanza producto de los ingresos permite sin contratiempos solventar los egresos corrientes y gastos de inversión, sin que se guarden recursos para los tiempos de las vacas flacas; tampoco es el apalancamiento (préstamo) que permite continuar bajo el sofisma mental de que todo está perfecto y continúa el gasto desmedido, esto es pan para hoy y hambre para el mañana.

La gobernabilidad tendrá un efecto positivo si la conexión del gobernante sea incluyente, cuando la visión social sea observada en un contexto amplio que conlleve un efecto multiplicador con un resultado mayor a la suma, que dos más dos sean seis y no cuatro.

Siempre es cómodo criticar cuando no estamos acostumbrados al sacrificio, el camino del facilismo tiene su génesis en el populismo económico de todas las vertientes ideológicas.

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EDUARDO TABÁREZ RAMÍREZ

Culminadas las protestas en nuestro país casi que de inmediato se activan las protestas en otros países de la región, todos coinciden en que buscan disminuir la inequidad social, además, de otras aspiraciones no atendidas; ¿coincidencias o plan de acción regional? Prefiero sustentar el titular de este artículo.

Lo que se observa no es más que el despertar colectivo ante tanta desigualdad social, tanto se comenta y ponemos de ejemplo de modelos de economía de otros países, al parecer esto no ha sido como se suponía, una vez más queda demostrado que anunciar medidas de recaudación como el incremento de los servicios públicos donde se afecta a los más vulnerables, es el cántaro que derrama el vaso, salen a flotes muchos otros reclamos represados en la angustia interna de la gente.

Las sociedades modelos son escasas, estas terminan de serlo cuando las necesidades no satisfechas se vuelven insostenibles, el malestar se agiganta cuando le brecha social se hace más visible, todo tiene un resultado al final del camino, se termina el sueño cuando despertamos a la realidad y sentimos que la ss » tan socorridos y a dolorido ábana ya no nos cobija, el frío se hace presente y empieza la búsqueda de abrigo, esto último se llama explosión social canalizada en reclamos.

Así la gobernabilidad debe ser entendida como “un estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad del sistema político, involucrando acuerdos básicos entre las élites de dirigentes en torno a tres ámbitos principales: 1) El nivel de la cultura política, 2) El nivel de las reglas e instituciones del juego político, y, 3) Acuerdos en torno al papel del Estado y sus políticas públicas estratégicas.

No es gobernabilidad cuando la bonanza producto de los ingresos permite sin contratiempos solventar los egresos corrientes y gastos de inversión, sin que se guarden recursos para los tiempos de las vacas flacas; tampoco es el apalancamiento (préstamo) que permite continuar bajo el sofisma mental de que todo está perfecto y continúa el gasto desmedido, esto es pan para hoy y hambre para el mañana.

La gobernabilidad tendrá un efecto positivo si la conexión del gobernante sea incluyente, cuando la visión social sea observada en un contexto amplio que conlleve un efecto multiplicador con un resultado mayor a la suma, que dos más dos sean seis y no cuatro.

Siempre es cómodo criticar cuando no estamos acostumbrados al sacrificio, el camino del facilismo tiene su génesis en el populismo económico de todas las vertientes ideológicas.

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