Chile

Gabriel U. García T.

Latinoamérica ha visto, horrorizada, como Chile entró en una espiral de violencia y caos. Uno de los países con mejor desempeño económico de la región, de pronto, se vio envuelto en una inmensa conmoción social, con grandes dosis de vandalismo y saqueo. Veinte y tres personas han perdido la vida y tres mil gentes están detenidas. El metro emblema de su desarrollo, es, quizás, el más afectado. Ochenta estaciones fueron destruidas o dañadas. Las pérdidas económicas son inmensas, tal vez, incuantificables.

Todo esto sucedió poco después de la guerra, de once días, que vivió el Ecuador y antes de las elecciones en Argentina, donde el peronismo ha vuelto a triunfar.

En nuestro país, tratamos de entender el resentimiento desde la perspectiva de la pobreza. Cuatro millones cuatrocientas mil personas están condenadas a sobrevivir con menos tres dólares por día. En Chile son muchos menos, solo el ocho por ciento están en esas condiciones. Entonces ¿por qué se hacen daño?

Una de las teorías se enfoca en un plan que, supuestamente, se habría trazado en el foro de Sao Paulo, un espacio en el que se reúnen partidos políticos de izquierda, muchos de ellos de corte revolucionario. Allí se habría decidido desestabilizar la región y procurar un cambio violento de las condiciones políticas. Pero, también, existe otra realidad.

Gran parte del pueblo chileno ha salido de la miseria en tiempos de la democracia. Es indudable su desarrollo económico. Su clase media ha aumentado de manera significativa. El fantasma del hambre ha desaparecido.

Sin embargo, los hogares chilenos, tienen deudas que equivalen al setenta y tres por ciento de sus ingresos. Salud y educación pesan mucho en esas obligaciones.

En el fondo, la desesperanza y la frustración causan el descontento continental.(O)

@gulpiano1

Gabriel U. García T.

Latinoamérica ha visto, horrorizada, como Chile entró en una espiral de violencia y caos. Uno de los países con mejor desempeño económico de la región, de pronto, se vio envuelto en una inmensa conmoción social, con grandes dosis de vandalismo y saqueo. Veinte y tres personas han perdido la vida y tres mil gentes están detenidas. El metro emblema de su desarrollo, es, quizás, el más afectado. Ochenta estaciones fueron destruidas o dañadas. Las pérdidas económicas son inmensas, tal vez, incuantificables.

Todo esto sucedió poco después de la guerra, de once días, que vivió el Ecuador y antes de las elecciones en Argentina, donde el peronismo ha vuelto a triunfar.

En nuestro país, tratamos de entender el resentimiento desde la perspectiva de la pobreza. Cuatro millones cuatrocientas mil personas están condenadas a sobrevivir con menos tres dólares por día. En Chile son muchos menos, solo el ocho por ciento están en esas condiciones. Entonces ¿por qué se hacen daño?

Una de las teorías se enfoca en un plan que, supuestamente, se habría trazado en el foro de Sao Paulo, un espacio en el que se reúnen partidos políticos de izquierda, muchos de ellos de corte revolucionario. Allí se habría decidido desestabilizar la región y procurar un cambio violento de las condiciones políticas. Pero, también, existe otra realidad.

Gran parte del pueblo chileno ha salido de la miseria en tiempos de la democracia. Es indudable su desarrollo económico. Su clase media ha aumentado de manera significativa. El fantasma del hambre ha desaparecido.

Sin embargo, los hogares chilenos, tienen deudas que equivalen al setenta y tres por ciento de sus ingresos. Salud y educación pesan mucho en esas obligaciones.

En el fondo, la desesperanza y la frustración causan el descontento continental.(O)

@gulpiano1

Gabriel U. García T.

Latinoamérica ha visto, horrorizada, como Chile entró en una espiral de violencia y caos. Uno de los países con mejor desempeño económico de la región, de pronto, se vio envuelto en una inmensa conmoción social, con grandes dosis de vandalismo y saqueo. Veinte y tres personas han perdido la vida y tres mil gentes están detenidas. El metro emblema de su desarrollo, es, quizás, el más afectado. Ochenta estaciones fueron destruidas o dañadas. Las pérdidas económicas son inmensas, tal vez, incuantificables.

Todo esto sucedió poco después de la guerra, de once días, que vivió el Ecuador y antes de las elecciones en Argentina, donde el peronismo ha vuelto a triunfar.

En nuestro país, tratamos de entender el resentimiento desde la perspectiva de la pobreza. Cuatro millones cuatrocientas mil personas están condenadas a sobrevivir con menos tres dólares por día. En Chile son muchos menos, solo el ocho por ciento están en esas condiciones. Entonces ¿por qué se hacen daño?

Una de las teorías se enfoca en un plan que, supuestamente, se habría trazado en el foro de Sao Paulo, un espacio en el que se reúnen partidos políticos de izquierda, muchos de ellos de corte revolucionario. Allí se habría decidido desestabilizar la región y procurar un cambio violento de las condiciones políticas. Pero, también, existe otra realidad.

Gran parte del pueblo chileno ha salido de la miseria en tiempos de la democracia. Es indudable su desarrollo económico. Su clase media ha aumentado de manera significativa. El fantasma del hambre ha desaparecido.

Sin embargo, los hogares chilenos, tienen deudas que equivalen al setenta y tres por ciento de sus ingresos. Salud y educación pesan mucho en esas obligaciones.

En el fondo, la desesperanza y la frustración causan el descontento continental.(O)

@gulpiano1

Gabriel U. García T.

Latinoamérica ha visto, horrorizada, como Chile entró en una espiral de violencia y caos. Uno de los países con mejor desempeño económico de la región, de pronto, se vio envuelto en una inmensa conmoción social, con grandes dosis de vandalismo y saqueo. Veinte y tres personas han perdido la vida y tres mil gentes están detenidas. El metro emblema de su desarrollo, es, quizás, el más afectado. Ochenta estaciones fueron destruidas o dañadas. Las pérdidas económicas son inmensas, tal vez, incuantificables.

Todo esto sucedió poco después de la guerra, de once días, que vivió el Ecuador y antes de las elecciones en Argentina, donde el peronismo ha vuelto a triunfar.

En nuestro país, tratamos de entender el resentimiento desde la perspectiva de la pobreza. Cuatro millones cuatrocientas mil personas están condenadas a sobrevivir con menos tres dólares por día. En Chile son muchos menos, solo el ocho por ciento están en esas condiciones. Entonces ¿por qué se hacen daño?

Una de las teorías se enfoca en un plan que, supuestamente, se habría trazado en el foro de Sao Paulo, un espacio en el que se reúnen partidos políticos de izquierda, muchos de ellos de corte revolucionario. Allí se habría decidido desestabilizar la región y procurar un cambio violento de las condiciones políticas. Pero, también, existe otra realidad.

Gran parte del pueblo chileno ha salido de la miseria en tiempos de la democracia. Es indudable su desarrollo económico. Su clase media ha aumentado de manera significativa. El fantasma del hambre ha desaparecido.

Sin embargo, los hogares chilenos, tienen deudas que equivalen al setenta y tres por ciento de sus ingresos. Salud y educación pesan mucho en esas obligaciones.

En el fondo, la desesperanza y la frustración causan el descontento continental.(O)

@gulpiano1