Zarigüeya: ayuda a controlar plagas

De hocico alargado, patas cortas y una larga y fuerte cola, la zarigüeya (Didelphis marsupiales) es un pequeño mamífero, cuyo cuerpo puede medir entre 30 y 50 cm de largo.

Si bien su apariencia física, con un pelaje grotesco en tonos negros, grises y blancos, y orejas negras, no es agradable, se lo considera un animal importante para el medio ambiente, porque ayuda a controlar plagas, dispersar semillas y no transmite enfermedades como la rabia.

Sus cortas patas les permite trepar grandes alturas. No viven en las alcantarillas.

A pesar de que le comparan con un gran roedor o rata, no tienen ningún parentesco con esos animales. Son cercanos a los canguros, los koalas y los ualabíes que cargan a sus crías en las bolsas y en el lomo.

Estudios e investigaciones señalan que este animal es uno de los marsupiales más antiguos del planeta. Según la Universidad de California (Estados Unidos), hay múltiples fósiles de este animal que datan de hace más de 65 millones de años. (AGENCIAS/CM)

Es el único marsupial originario del continente americano y el más grande presente en Ecuador. Es nocturno y solitario.

Duerme durante el día, aproximadamente 19 horas, en madrigueras o colgados en las ramas de los árboles. En la noche salen a buscar alimento.

Come insectos, lombrices, serpientes, ranas y vertebrados pequeños, como los roedores. Las hojas, frutos y néctar también son parte de su dieta.

Es un hábil trepador. Utiliza su cola para sostenerse en las ramas o colgarse de ellas. También es un buen nadador.

Las hembras pueden reproducirse desde los seis o siete meses y los machos desde los ocho meses. Los machos son más grandes.

Como los canguros, las zarigüeyas tienen un marsupio o bolsa en cuyo interior se disponen un número variable de pezones (hasta 13).

Suelen tener camadas de seis o más crías, que permanecen en el marsupio entre 75-80 días. Luego las transporta en su lomo. Los bebés se sujetan al pelo de la madre.

Al sentirse en peligro se hace la muerta. Se queda tiesa, su respiración es casi imperceptible y emite un olor nauseabundo. Permanece así hasta por cuatro horas.

De hocico alargado, patas cortas y una larga y fuerte cola, la zarigüeya (Didelphis marsupiales) es un pequeño mamífero, cuyo cuerpo puede medir entre 30 y 50 cm de largo.

Si bien su apariencia física, con un pelaje grotesco en tonos negros, grises y blancos, y orejas negras, no es agradable, se lo considera un animal importante para el medio ambiente, porque ayuda a controlar plagas, dispersar semillas y no transmite enfermedades como la rabia.

Sus cortas patas les permite trepar grandes alturas. No viven en las alcantarillas.

A pesar de que le comparan con un gran roedor o rata, no tienen ningún parentesco con esos animales. Son cercanos a los canguros, los koalas y los ualabíes que cargan a sus crías en las bolsas y en el lomo.

Estudios e investigaciones señalan que este animal es uno de los marsupiales más antiguos del planeta. Según la Universidad de California (Estados Unidos), hay múltiples fósiles de este animal que datan de hace más de 65 millones de años. (AGENCIAS/CM)

Es el único marsupial originario del continente americano y el más grande presente en Ecuador. Es nocturno y solitario.

Duerme durante el día, aproximadamente 19 horas, en madrigueras o colgados en las ramas de los árboles. En la noche salen a buscar alimento.

Come insectos, lombrices, serpientes, ranas y vertebrados pequeños, como los roedores. Las hojas, frutos y néctar también son parte de su dieta.

Es un hábil trepador. Utiliza su cola para sostenerse en las ramas o colgarse de ellas. También es un buen nadador.

Las hembras pueden reproducirse desde los seis o siete meses y los machos desde los ocho meses. Los machos son más grandes.

Como los canguros, las zarigüeyas tienen un marsupio o bolsa en cuyo interior se disponen un número variable de pezones (hasta 13).

Suelen tener camadas de seis o más crías, que permanecen en el marsupio entre 75-80 días. Luego las transporta en su lomo. Los bebés se sujetan al pelo de la madre.

Al sentirse en peligro se hace la muerta. Se queda tiesa, su respiración es casi imperceptible y emite un olor nauseabundo. Permanece así hasta por cuatro horas.

De hocico alargado, patas cortas y una larga y fuerte cola, la zarigüeya (Didelphis marsupiales) es un pequeño mamífero, cuyo cuerpo puede medir entre 30 y 50 cm de largo.

Si bien su apariencia física, con un pelaje grotesco en tonos negros, grises y blancos, y orejas negras, no es agradable, se lo considera un animal importante para el medio ambiente, porque ayuda a controlar plagas, dispersar semillas y no transmite enfermedades como la rabia.

Sus cortas patas les permite trepar grandes alturas. No viven en las alcantarillas.

A pesar de que le comparan con un gran roedor o rata, no tienen ningún parentesco con esos animales. Son cercanos a los canguros, los koalas y los ualabíes que cargan a sus crías en las bolsas y en el lomo.

Estudios e investigaciones señalan que este animal es uno de los marsupiales más antiguos del planeta. Según la Universidad de California (Estados Unidos), hay múltiples fósiles de este animal que datan de hace más de 65 millones de años. (AGENCIAS/CM)

Es el único marsupial originario del continente americano y el más grande presente en Ecuador. Es nocturno y solitario.

Duerme durante el día, aproximadamente 19 horas, en madrigueras o colgados en las ramas de los árboles. En la noche salen a buscar alimento.

Come insectos, lombrices, serpientes, ranas y vertebrados pequeños, como los roedores. Las hojas, frutos y néctar también son parte de su dieta.

Es un hábil trepador. Utiliza su cola para sostenerse en las ramas o colgarse de ellas. También es un buen nadador.

Las hembras pueden reproducirse desde los seis o siete meses y los machos desde los ocho meses. Los machos son más grandes.

Como los canguros, las zarigüeyas tienen un marsupio o bolsa en cuyo interior se disponen un número variable de pezones (hasta 13).

Suelen tener camadas de seis o más crías, que permanecen en el marsupio entre 75-80 días. Luego las transporta en su lomo. Los bebés se sujetan al pelo de la madre.

Al sentirse en peligro se hace la muerta. Se queda tiesa, su respiración es casi imperceptible y emite un olor nauseabundo. Permanece así hasta por cuatro horas.

De hocico alargado, patas cortas y una larga y fuerte cola, la zarigüeya (Didelphis marsupiales) es un pequeño mamífero, cuyo cuerpo puede medir entre 30 y 50 cm de largo.

Si bien su apariencia física, con un pelaje grotesco en tonos negros, grises y blancos, y orejas negras, no es agradable, se lo considera un animal importante para el medio ambiente, porque ayuda a controlar plagas, dispersar semillas y no transmite enfermedades como la rabia.

Sus cortas patas les permite trepar grandes alturas. No viven en las alcantarillas.

A pesar de que le comparan con un gran roedor o rata, no tienen ningún parentesco con esos animales. Son cercanos a los canguros, los koalas y los ualabíes que cargan a sus crías en las bolsas y en el lomo.

Estudios e investigaciones señalan que este animal es uno de los marsupiales más antiguos del planeta. Según la Universidad de California (Estados Unidos), hay múltiples fósiles de este animal que datan de hace más de 65 millones de años. (AGENCIAS/CM)

Es el único marsupial originario del continente americano y el más grande presente en Ecuador. Es nocturno y solitario.

Duerme durante el día, aproximadamente 19 horas, en madrigueras o colgados en las ramas de los árboles. En la noche salen a buscar alimento.

Come insectos, lombrices, serpientes, ranas y vertebrados pequeños, como los roedores. Las hojas, frutos y néctar también son parte de su dieta.

Es un hábil trepador. Utiliza su cola para sostenerse en las ramas o colgarse de ellas. También es un buen nadador.

Las hembras pueden reproducirse desde los seis o siete meses y los machos desde los ocho meses. Los machos son más grandes.

Como los canguros, las zarigüeyas tienen un marsupio o bolsa en cuyo interior se disponen un número variable de pezones (hasta 13).

Suelen tener camadas de seis o más crías, que permanecen en el marsupio entre 75-80 días. Luego las transporta en su lomo. Los bebés se sujetan al pelo de la madre.

Al sentirse en peligro se hace la muerta. Se queda tiesa, su respiración es casi imperceptible y emite un olor nauseabundo. Permanece así hasta por cuatro horas.